A pesar de que el aceite de oliva español se exporta a países como Estados Unidos desde hace años, es ahora cuando este producto está adquiriendo un protagonismo importante entre los consumidores de un país que sufre como ningún otro el problema de la obesidad. Con este entorno se podría pensar que esta tendencia en el consumo de los estadounidenses es muy positiva para la producción y exportación de aceite de oliva producido en España, pero lo cierto es que en estados como California comienza ya a producirse aceite de oliva, lo que conlleva una pérdida potencial de cuota de mercado del oro líquido español en EEUU.

En California se produce sólo el 3% del aceite de oliva que sus ciudadanos consumen, pero esa cifra podría aumentar si el gobierno local presta su colaboración a sus productores californianos. Ahora bien, esa colaboración no deja de ser polémica, ya que el estado gobernado por Jerry Brown podría comenzar a exigir pruebas y certificaciones de calidad y pureza al aceite de oliva importado desde Europa.

¿Protección de la calidad?

Tal y como se ha publicado en diversos medios de comunicación estadounidenses, la administración del estado de California prepara, por petición de los agricultores locales, una nueva legislación para regular las importaciones europeas de aceite de oliva y elevar así los niveles de proteccionismo económico tan propios de Estados Unidos.

De cara a las políticas exteriores, esta normativa se muestra como una simple mejora que ayudará al consumidor estadounidense a diferenciar los productos de mayor calidad del resto, pero en realidad no se trata de proteger al consumidor, sino a la economía estadounidense.

Polémica

Por el momento los productores españoles e italianos han criticado estas medidas y las han tachado de proteccionistas, ya que introducirían un estándar nuevo repleto de normas que beneficiarían sólo a los productores de aceite estadounidenses. Por su parte, los productores californianos han respondido que si hay quejas es sólo porque existe miedo a que se demuestre que el aceite de oliva producido en Estados Unidos sea mejor y de mayor calidad que el proveniente de Europa.

Publicidad negativa

No es la primera vez que la administración estadounidense pone en tela de juicio la calidad del aceite de oliva español, demonizado y envidiado por muchos. Sin ir más lejos, hace unos años la agencia estadounidense Rabo AgFocus se atrevió incluso a hablar de fraude en el etiquetado, lo que dañó gravemente la imagen del aceite de oliva español y provocó la presentación de alegaciones al citado informe por parte del gobierno andaluz.

No resulta extraño que el aceite estadounidense se beneficie tras años y años de publicidad negativa del oro líquido español. Por el momento, la Unión Europea ha mostrado a Estados Unidos su preocupación por los posibles efectos que podría tener sobre el comercio, tanto a corto como a largo plazo, esta nueva normativa.

En cualquier caso, no deja de ser llamativo el hecho de que el país que posee más de 78 millones de personas obesas (sin contar con los 12 millones de niños que también sufren esta enfermedad) se atreva a poner trabas a uno de los mejores tesoros alimentarios de Europa, el aceite de oliva.

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