Cuando el consumidor va al supermercado puede observar como los productos que se venden en él, en ocasiones, se venden con una estética alternativa a la tradicional de los productos que contienen: pelotas de tenis se venden en forma de lata de refrescos, infusiones que se presentan en estuches como joyas y diversos ejemplos lo corroboran
Las marcas pretenden que sus productos sean mucho más atractivos y por eso realizan un efecto de transformación de su imagen con respecto al producto para que el envoltorio pertenezca a sectores de mercado totalmente diferente y de un aspecto mucho más atractivo.
Pero el envoltorio no lo es todo y el consumidor debe de relacionar el producto y el envase que en un principio no parecen complementarios. El mundo de la miel es un ejemplo claro de esta transformación del packaging para que el consumidor pueda relacionarlo en otros ámbitos.