La producción española de vino y mosto, que por costumbre suele ser más modesta que la de países competidores en este sector como Italia o Francia, podría aumentar hasta situarse por encima de la capacidad productiva de estos dos países antes de que acabara este año 2013.
España, que junto a Italia y Francia siempre ha sido uno de los principales productores de vino y mosto en los mercados internacionales, podría convertirse durante este año en el primer productor mundial de estas bebidas. Tal y como aparece publicado en diversos medios de comunicación nacionales especializados en vino, España podría alcanzar una producción que rondaría entre los 44 y los 46 millones de hectolitros de producto antes de que acabara el mes de diciembre.
Producción francesa e italiana
La Asociación de Enólogos italiana ha señalado en el informe que publicó el pasado 31 de agosto y que elabora de manera anual que la producción de vino y mosto en Italia rondará entre los 44 y los 45 millones de hectolitros. A estas previsiones falta por añadir las estimaciones del Instituto Italiano de Servicios para el Mercado Agrícola y de Alimentos (ISMEA), cuya publicación se prevé para mediados de este mes de septiembre.
En cuanto a Francia, las zonas dedicadas a la producción de vid más importantes han sufrido fuertes lluvias, razón por la que se espera una vendimia menor. Tal y como publica la revista Vitisphere, los 45,8 millones de hectolitros de vino y mosto que estaban previstos en julio se han reducido a los 43,8 que se prevén este mes de septiembre.
Crecimiento productivo en España
En ambos casos existe un retraso considerable en lo que se refiere al comienzo de la temporada de vendimia, razón por la que todavía no se puede hablar de cifras exactas, sino de estimaciones aproximadas.
Tanto España, como Francia e Italia esperan superar de manera notable las cortas vendimias de la temporada pasada. Las previsiones de los expertos indican que estos dos últimos países se situarían en la media productiva de años anteriores, e incluso por debajo. España, por el contrario, superaría la media de la última década (40 millones), es decir, experimentaría un crecimiento productivo del 10%, y ello a pesar de la reducción de viñedo debido a los arranques de los últimos años.