Un grupo de investigación de la Universidad de Córdoba (UCO) consiguió desarrollar un envase sostenible para alimentos mediterráneos, en especial fresas y tomates. Lo curioso es que se elaboran a partir de residuos agroalimentarios de la misma región. El proyecto, denominado «BioFreshCloud», combina materiales y diseños innovadores con la herramienta Food Cloud y modelado predictivo. El objetivo es aumentar la vida útil de los alimentos.

Alimentos mediterráneos más protegidos y con menor desperdicio

La Universidad de Córdoba se encuentra desarrollando un proyecto que permita optimizar la vida útil y minimizar las pérdidas de dos alimentos muy mediterráneos: tomates y fresas.  Además, se basa en un enfoque integrado, innovador y ecológico. Se propone desarrollar una solución que combine tecnologías de bioconservación de alimentos con modelos de alimentos y herramientas predictivas.

El proyecto se denomina «BioFreshCloud» y cuenta con financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación y la Unión Europea. Participar en el proyecto europeo BioFreshCloud ha supuesto para el grupo de investigación una oportunidad para estrechar lazos con científicos a nivel mundial. También, poder compartir los conocimientos y nuevas formas de trabajo.

Los envases para estos alimentos mediterráneos se desarrollan a partir de recursos agroalimentarios de la región. La idea es  desarrollar conservantes naturales y valorizar la economía circular y sostenible.  Estas permiten mejorar la vida útil de los alimentos y ofrecer al consumidor productos más seguros y frescos.

Los resultados de la investigación, que se aspira a extender a otros productos rojos, se compartirán con productores y minoristas. Es sabido que las empresas productoras de alimentos mediterráneos son pequeñas y medianas. Por lo tanto, cuentan con recursos limitados para dedicarlos a la investigación. De hecho, el lema de la investigación es “más calidad, más vida útil y menos desperdicio”.

Productos saludables y con mayor vida útil para la seguridad alimentaria

En la actualidad, en un mercado más globalizado, las cadenas de distribución son de larga distancia. Así, este proyecto europeo pretende mejorar la calidad del producto consumido por el usuario final utilizando tecnologías sostenibles e innovadoras.

El coordinador del proyecto en la Universidad de Córdoba, Fernando Pérez Rodríguez, expresó que se espera que a partir de estas soluciones, la vida útil de los alimentos mediterráneos sea más extensa y de mejor calidad. Entre los resultados esperados destacan la posibilidad de crear una patente sujeta al procedimiento de obtención de los envases y otra al sistema informático para las cadenas de distribución.

Envases bioprotectores para alimentos mediterráneos

Uno de los puntos centrales de la investigación es el desarrollo de envases ecológicos. Al estar elaborados con residuos vegetales provenientes de los mismos cultivos mediterráneos, puedan ejercer un efecto bioconservador natural.

Así, estos envases combinan nanofibras de lignocelulosa (LCNF) y microorganismos a partir de residuos agroalimentarios. Además, se trabaja con un enfoque circular y sostenible. Por otra parte, el proyecto incluye métodos adecuados de extensión de la vida útil de los tomates frescos y fresas. Por ejemplo, recubrimientos comestibles y nanocompuestos en envoltorios y películas.

También están trabajando con los residuos extraídos de la cosecha de la frambuesa como alternativa a la fresa. De tal forma, el objetivo final es poder elaborar un material de envasado funcional, combinado con agentes bioprotectores, que pueda emplearse para diversos productos, tanto vegetales como no vegetales.

Modelos matemáticos predictivos

Estas técnicas de conservación y bioprotección se combinan con la generación y validación de modelos matemáticos. Así, pueden predecir la dinámica microbiana y sensorial de los productos, en condiciones reales de almacenamiento. También, cómo varían considerando el efecto de la aplicación de dichas técnicas. Este modelo permitirá desarrollar un sistema basado en la nube para la transparencia alimentaria y la predicción dinámica de la vida útil.

Estos datos deben llegar también a la logística y comercio minorista para reducir el desperdicio de alimentos. Al finalizar el proyecto, la Universidad probará la solución completa mediante una simulación de las condiciones del mundo real, para ver cómo funciona desde la granja a la mesa, incluyendo pruebas de aceptación del producto por parte del consumidor.

FoodCloud, participante del proyecto

En este proyecto participa FoodCloud, quien aporta las herramientas predictivas y conocimiento relacionado con la vida útil de los alimentos. Es una empresa social con la misión de transformar los excedentes de alimentos en oportunidades para hacer del mundo un lugar mejor. Es decir, donde no se desperdicie ningún alimento en buen estado.

No es un dato menor. Según el Banco Mundial de Alimentos, cada año se desperdicia el 17% de los alimentos disponibles. Esto equivale a más de mil toneladas de alimentos que se arrojan a la basura.

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