El consumo de frutas y hortalizas en los hogares durante el año 2015 ha descendido un 4,2% con relación al mismo periodo del año anterior, con un total de 8.065 millones de kilos que han supuesto un incremento del gasto de un 1% hasta situarse en los 11.047 millones de euros. Estos son los datos facilitados por el Panel del Consumo Alimentario del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, procesados por FEPEX.
Este descenso del consumo en el año 2015 se ha producido tanto en frutas, como en hortalizas y en patatas. En frutas el consumo descendió un 3,7% hasta situarse en los 4.424 millones de kilos, cayó especialmente en naranja, mandarina, plátano, pera, melocotón, fresa, melón, ciruela, cereza y kiwi; sin embargo creció en limón manzana, sandía y uva. El gasto de los hogares en fruta aumentó un 1% hasta alcanzar la cifra de 5.973 millones de euros.
Por su parte, el consumo de hortalizas sufrió un descenso de un 4,7% hasta alcanzar los 2.663 millones de kilos: descendió el tomate, la cebolla, el pimiento, las judías verdes y las coles, mientras que ascendió el consumo de lechuga. El gasto en este sector se incrementó hasta alcanzar los 4.415 millones de euros, cabe destacar el ascenso del tomate con 913 millones, la lechuga con 479 millones y el pimiento con 366 millones; todos ellos aumentando la cuota del año anterior.
Consumidor
Al apreciar el análisis mensual de consumo durante el año 2015, se puede apreciar un descenso del consumo de frutas y de hortalizas en los hogares exceptuando el mes de julio y el de diciembre. Mientras que el consumo per cápita de frutas y de hortalizas alcanza los 180,8 kilos, lo que supone un 4% menos que en el año anterior.
Con todos los datos facilitados por el MAGRAMA se puede apreciar que durante los tres últimos años se ha producido un descenso del consumo de frutas y de hortalizas en los hogares desde los 191,2 kilos del año 2013 hasta los 180,8 kilos del año 2015.
Según FEPEX este comportamiento de los usuarios es debido a múltiples factores: el primero de ellos es que son cada vez más los usuarios que demandan productos fáciles de consumir, la competencia de productos sustitutivos industriales, el aumento del valor añadido en muchos de estos productos y los precios fluctuantes que pueden llegar a tener este tipo de productos.
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