La superficie dedicada al cultivo de pistacho en España ha crecido un 145% en los últimos cinco años, pasando de 2.000 hectáreas a 78.495 hectáreas. Un incremento que se debe a la alta rentabilidad del pistacho y su resistencia a la sequía, factores que han permitido a España ganar posiciones en el mercado mundial.
Así lo refleja el estudio ‘Presente y futuro del cultivo del pistacho y su procesado, una perspectiva empresarial’, presentado esta misma semana en Madrid por la compañía Agróptimum y elaborado por el doctor en Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Jaén, Juan Vilar.
De este modo, el informe anticipa un crecimiento continuo en la producción y el mercado nacional del pistacho en los próximos años.
Rentabilidad y adaptación climática
El cultivo de pistacho en España está siguiendo el éxito de otros cultivos como el olivar y el almendro, debido a su buena adaptación al clima peninsular. Esta adaptación es especialmente notable en regiones con inviernos fríos y veranos calurosos.
A nivel de mercado, el pistacho es considerado un cultivo altamente rentable con vistas al futuro. Según Vilar, existe una alta demanda en la Unión Europea que aún no está cubierta con producto europeo.
En 2016, España contaba con aproximadamente 15.000 hectáreas de pistacho. En 2019, la superficie dedicada a su cultivo había aumentado a 32.000 hectáreas, y en 2023 alcanzó las 78.495 hectáreas.
Así, Castilla-La Mancha destaca como la comunidad con mayor aumento en la superficie cultivada, con la provincia de Toledo liderando este crecimiento.
El sector del pistacho en España genera un volumen de negocio superior a los 800 millones de euros y emplea a más de 200.000 personas.
En cuanto al comercio exterior, alrededor del 90% del pistacho producido en España se exporta, con Italia, Estados Unidos y Alemania como principales destinos. A nivel mundial, Estados Unidos es el principal productor, representando el 52% de la producción global, seguido por Irán con un 17,6% y Turquía con un 14,14%.