El 23 de octubre fue el Día Mundial de la Comida en Lata, y las patronales de las empresas relacionadas con la conserva de alimentos en lata hicieron conocer sus preocupaciones. Las presiones llegan desde distintos sectores, como materias primas, transporte o costes laborales. Por ahora las van absorbiendo, pero el impacto llegará al público consumidor de alimentos enlatados en 2022.

Factores globales que presionan sobre la industria de los alimentos enlatados

Los representantes de las patronales de las industrias que participan en el enlatado de alimentos aprovecharon el Día Mundial de la Comida en Lata para hacer conocer las dificultades que está atravesando el sector.

Uno de los principales problemas es el alza mundial del precio de materias primas como el aluminio o el acero. Pero no es el único. También, el encarecimiento del transporte. En realidad, todos los costos están desorbitados y esto plantea un panorama difícil.

Para Juan Vieites, secretario general de Anfaco, la patronal que agrupa a las conserveras de pescados y mariscos, «es una época de incertidumbre industrial». Explicó que «en un entorno inflacionista, en ciertos casos de escasez derivada de ajustes entre la oferta-demanda y complicaciones logísticas».

Por otra parte, la sostenibilidad y las políticas de reducción de las emisiones de carbono también hacen sentir sus consecuencias. Según Vieites, puede haber desajustes «si se recortan producciones de acero y aluminio para adaptarse a los requisitos del CO2 o se modifican las estrategias de reciclaje».

Según este empresario, las normativas ambientales elevarán los impuestos sobre los alimentos en algunos casos hasta triplicar los valores actuales. Por ejemplo, la revisión del mercado de emisiones de CO2 repercutirá en los costes en las empresas.

Las industrias estiman que, a escala global, las previsiones dependerán de acciones que se tomen en países como Estados Unidos o China. Además, la respuesta que pueda dar la Unión Europea.

Los costos locales también se hacen sentir

Los costos locales en salarios, energía y mercado de emisiones de CO2 también están presionando sobre el precio de los alimentos enlatados. Manuel Vázquez es  vicepresidente de la Agrupación Española de Fabricantes de Conservas Vegetales (Agrucon) y director general de Conesa Group. Afirmó que «el coste de un bidón metálico ha subido un 40 % y el de la electricidad un 450 % en el último año».

Además explicó que hay otros factores que apuntalan la subida. Entre éstos mencionó  la especulación y el temor a la falta de suministros.

En el caso de las industrias, los márgenes dependen de la capacidad de las empresas para generar valor en el mercado y gestionar de forma eficiente sus gastos. Según Vieites, la tendencia alcista en los costos globales y locales podría cambiar el marco de juego y hacer perder competitividad.

Atún enlatado y tomate frito, los más perjudicados

Dos alimentos enlatados infaltables en la mesa de los españoles son los que se están viendo más perjudicados. Se trata del atún enlatado y el tomate frito. Por ejemplo las conservas de tomate frito en pueden encontrarse en casi el 95 % de los hogares,

Respecto del atún, las pesqueras afirman que las cuotas de capturas compartidas con Reino Unido y las tensiones con Noruega afectan a los pescadores y a la disponibilidad de materia prima para industria.

En el caso de las industrias transformadoras de tomate, el director del Conesa Group, Manuel Vázquez, explicó que la situación es más preocupante. Se debe a la falta de camiones y de conductores en territorio británico, que retrasan el traslado del puerto a casa de los clientes.

A esto se suma el coste de los contenedores. El empresario informó que antes de la COVID-19 un contenedor de China a Lisboa costaba 1.800 dólares. Actualmente su costo es de 7.000 a 8.000 dólares.

Precios al consumidor de alimentos enlatados aumentarán en 2022

Los fabricantes aseguran que, de momento, los consumidores no notan la repercusión de esos costes en el precio de las latas pero, a juicio de Vázquez, «la situación es insostenible» para la distribución.

De momento los supermercados no solo no han subido sus precios, sino que los han bajado dentro de promociones como producto reclamo, es decir, alimentos con penetración alta en los hogares y que pueden comprarse en grandes cantidades para almacenar.

Juan Vieites, secretario general de Anfaco, señaló que será en 2022 cuando se note con detalle el impacto.

Mercado de los alimentos enlatados en España

España es el primer productor de la Unión Europea (UE) de conservas pesqueras (enlatadas y en otros envases) y el segundo mundial en el atún en lata, con casi 360.000 toneladas al año.

El consumo de estas conservas se situó en 224.388 toneladas (10,3 %) y gastaron 2.320 millones de euros (+11,3 %), de acuerdo a las cifras del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Por otra parte, los hogares españoles compraron 669.924,6 toneladas de alimentos enlatados por valor de 1.481,7 millones de euros. Representa  un incremento anual del 13,4 % y del 14,8 % respectivamente, marcado por el confinamiento.

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