Comienzo de la campaña para el etiquetado de los alimentos Transgénicos

Con la llegada del 2012 los consumidores no se preocupaban sólo por  el apocalipsis predestinado por el pueblo precolombino Maya. En Estados Unidos crecía la preocupación de los consumidores sobre los alimentos que estaban tomando. El país de las barras y las estrellas es conocido por ser la cuna del capitalismo, y el sector de los alimentos no queda exento del principal axioma de esta ideología: Lo importante es el beneficio económico.

Los consumidores, después de tantos años en silencio, decidieron alzar la voz con respecto a este tema y pidieron una legislación transparente e informativa sobre los alimentos que  compraban e introducían en sus casas; los usuarios pedían que fuera fácil la identificación de este tipo de productos para tener la capacidad de elegirlos o no.

Washington fue el primer estado que dio un paso al frente para que los alimentos transgénicos tuvieran un etiquetado diferente dentro de Estados Unidos. La propuesta tuvo una grata acogida dentro del Congreso y más de medio centenar de sus miembros la apoyaron.

Se realizó una misiva  que estaba dirigida a la Food and Drug Administration (FDA), y que explicaba detenidamente que más de cuatrocientas organizaciones y empresas querían proteger a los consumidores. La FDA ha permitido, durante todos estos años, que el etiquetado de alimentos se haga libremente; los transgénicos no tenían una identificación específica dentro del mercado de los alimentos. Los partidarios de este tipo de productos (en su mayoría empresas de biotecnología) vieron con malos ojos esta propuesta, ya que el usuario podría desecharlos al ver una marca identificativa con tintes, a priori, negativos.

 

¿Qué es un alimento transgénico?

Los alimentos Transgénicos  son aquellos que se han obtenido de un organismo al que le han incorporado genes de otro para producir una serie de características deseadas. Tres ejemplos claros de este tipo de alimentos son el maíz, la cebada y la soja.

Si ponemos como ejemplo el maíz, el tratamiento transgénico se realiza para que la planta pueda soportar la acción del Glifosato, un herbicida muy potente que se utiliza para luchar contra insectos como el taladro o el barrenador.

A pesar de la modificación genética del maíz, se ha podido observar que, durante los últimos años, las plagas se han vuelto resistentes a los productos químicos que se utilizaban para eliminarlas. La solución que se viene utilizando es la de modificar, todavía más, a las plantas con el fin de poder utilizar productos más potentes y dañinos para exterminar estos insectos.

El ejemplo más claro de esta evolución sin control es el maíz transgénico SmartStax, que consta de ocho genes distintos con una función determinada: Soportar la acción de herbicidas, enfermedades, insectos, etc.

 

California: Un paso más para el etiquetado de los alimentos transgénicos
El Estado de California tomó el testigo de Washington, y ha seguido con la iniciativa para que los alimentos transgénicos tengan un etiquetado en que se vea reflejada su procedencia. Como pasó con la iniciativa anterior, la repercusión y el seguimiento ha sido muy positivo, las firmas necesarias para que el proyecto de ley se sometiera a votación se obtuvieron en tiempo record.

Las encuestas realizadas por Thomson Reuters y National Public Radio en el país norteamericano (2010) indicaban como un 93% de los encuestados deseaban que los productos transgénicos fueran etiquetados como tal. The Wall Street Journal ha realizado una encuesta similar tras surgir esta iniciativa en el estado de California y ha obtenido un 91% de encuestados que exige el etiquetado.

El mes escogido para superar el último escalón será noviembre; el proyecto de ley para el etiquetado de alimentos transgénicos se someterá a votación. Si consiguiera salir adelante, las empresas agroalimentarias estarían obligadas a identificar los productos modificados genéticamente a partir del 1 de julio de 2014. El etiquetado debe ser claro y visible. Además, en la descriptiva se tendrá que reflejar lo siguiente: “Parcialmente elaborados con componentes transgénicos”, o “parcialmente puede contener componentes transgénicos”.

 

Excepciones en el etiquetado transgénico

La legislación propuesta por esta iniciativa contempla algunas excepciones. Los productos alimentarios cuyo contenido no supere el 0,5% de alimentos transgénicos no tendrán que ser etiquetado como tal. En Europa la legislación es menos rígida en este aspecto, el límite está establecido en el 0’9%.

Cuando se habla del 0,5%, la legislación se refiere al peso total por ingrediente, por lo que cuanto más alimentos transgénicos estén presentes la cifra aumentaría considerablemente. Esta cifra será efectiva hasta 2019, donde parece ser que se intentará aplicar el cero absoluto.

 

Opositores

Esta iniciativa se ha encontrado con una serie de opositores muy poderosos. Como no podía ser de otra manera, los laboratorios de biotecnología han sido los primeros en situarse al otro lado de la balanza por cuestiones lógicas, al fin y al cabo, son los encargados de realizar todo este tipo de experimentos.

La Asociación de Minoristas de California, la Asociación Americana de Bebidas y la Liga de Procesadores de Alimentos de California son algunas de las asociaciones que se han situado en contra de esta propuesta de ley esgrimiendo que los productos que ostenten este etiquetado aumentarán de precio, y  el etiquetado dará una idea equivocada a los consumidores.

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