La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos considera «vital» el apoyo al modelo de Agricultura Familiar. Así lo ha calificado en un comunicado en el que reivindica que la Estrategia Nacional de Alimentación sirva para que España «siga siendo un ejemplo mundial en cuanto a un sistema alimentario seguro, sostenible y de la máxima calidad» y en el que recuerda que la legislación «debe mirar con más atención al primer eslabón, formado por los agricultores y ganaderos, que afrontan graves amenazas».
Así, UPA ha remitido al Ministerio de Agricultura una serie de propuestas para mejorar esta Estrategia y lograr medidas que protejan el modelo productivo en el que, a su juicio, debe fundamentarse el sistema alimentario en España. «La agricultura y ganadería familiar es esencial», aseguran fuentes de la organización agraria, «para garantizar el suministro de alimentos variados, de calidad y asequibles, al tiempo que se mantienen vivas las zonas rurales y se fomenta la sostenibilidad ambiental«.
En este sentido, «la base de una alimentación sostenible debe ser la agricultura familiar». Para ello, desde UPA reivindican la protección de este modelo mediante la aprobación de la Ley de Agricultura Familiar «que permita obtener precios justos a los productores y una adecuada información a los consumidores».
Además, la organización agraria aboga por frenar el desperdicio alimentario por motivos éticos, de justicia social y de sostenibilidad económica y ambiental. «El desperdicio alimentario provoca encarecimiento de los alimentos, malgasto de recursos naturales, incremento del impacto ambiental y, disminución de la eficiencia y rentabilidad de las explotaciones agrarias», apuntan. Para reducirlo proponen planificar las cosechas en conjunto con toda la cadena alimentaria, revisar las normas de comercialización e impulsar la cooperación campo-ciudad, entre otras medidas.
Reconocer la calidad
Desde UPA apoyan mejorar los sistemas de información a los consumidores para que puedan reconocer la calidad y el origen de los alimentos. «En estos momentos no existe un reconocimiento real en el etiquetado del origen de los alimentos», señalan en el propio comunicado. Así, «debemos establecer sistemas que pongan en valor los métodos de producción más sostenibles, y al mismo tiempo prevengan fraudes, incluyendo aspectos que afecten a la calidad de los productos, sus métodos de producción, y su origen».
También proponen realizar campañas de promoción de los alimentos de origen familiar, de proximidad y ecológicos producidos en nuestro país. Asimismo, UPA cree que se deben adaptar las normas de producción y distribución alimentaria a la realidad y dimensión de las explotaciones familiares, así como ajustar la normativa a la industria transformadora de carácter familiar (envasado de miel, queserías…) a través de una Ley de Artesanía Alimentaria.