El sábado 15 de abril en la puerta de Lidl esperaban una gran serie de consumidores para alcanzar una de sus ofertas por tiempo limitado, la panificadora a un precio de cincuenta euros se ha convertido en uno de sus productos estrella. Esta máquina para hacer pan casero suele estar muy poco tiempo en las estanterías de las superficies de Lidl, en pocas horas la panificadora vuela.
Uno de los principales motivos de este furor por la panificadora es su precio, ya que supone un ahorro de hasta veinte euros con la más cercana que se ofrece en Amazon. Incluso Carrefour, uno de los competidores más acérrimos de la compañía alemana, no dispone de un producto a este precio entre sus estanterías.
Este producto cuenta con una larga travesía entre los lineales de LIdl, son más de diez años con los que cuenta y, según datos de Economía Digital, se han llegado a vender más de 250.000 unidades desde que se lanzara al mercado. No hay que olvidar que este producto no está durante todo el año entre las estanterías de Lidl, la compañía lo presenta como una oferta limitada que genera una expectación máxima entre los usuarios.
La mejor harina
Lidl presenta una panificadora a un precio muy asequible, ya que es una máquina que permite a los usuarios mezclar todos los ingredientes y hornearlos hasta el punto óptimo, todo un acierto enfocarlo a un usuario que cada vez más se preocupa por la alimentación y que quiere productos caseros y naturales.
No obstante, lo que no tenía preparado Lidl es que los usuarios de redes sociales que se encuentran especialmente enfocados en este tipo de aparatos realicen unas recomendaciones no esperadas. Y es que los consumidores que usan este tipo de máquina recomiendan un tipo de harina que no se encuentra presente en los supermercados de la cadena alemana.
Uno de los puntos más importantes de esta situación es que en los grupos de redes sociales que hablan sobre este tipo de tendencias las harinas de Mercadona salen mejor paradas que las de Lidl. Esto es debido a que tienen una relación calidad precio muy superior al de la compañía alemana.
Sin embargo uno de los principales puntos de fricción de los usuarios con Lidl es que presente una serie de preparados que no gustan en demasía a los consumidores. El motivo es que prefieren ser ellos mismo los que realicen las mezclas para conocer al detalle el nivel de cada uno de los ingredientes, algo que provoca que la compañía pierda una gran cantidad de ventas. No hay que olvidar que el negocio no es vender la panificadora, sino que es fidelizar al usuario para que compre sus harinas.
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