El 63 % de los consumidores probaría la carne cultivada. Así lo destaca el informe «Percepción del consumidor sobre la carne cultivada». Además, cerca del 46 % la compraría por compromiso con el bienestar animal (63 %), respeto al medioambiente (50 %) o curiosidad por probarla (48 %).

Las personas consultadas sostienen que entre las principales barreras para la compra de carne artificial son un posible precio elevado (52 %), falta de información (45 %) y la desconfianza (44 %). Por otro lado, el 78 % de los consumidores asegura que complementaria el consumo de carne cultivada con carne tradicional o con alternativas vegetales.

En la actualidad, la mayoría de los consumidores, un 95 %, cubre sus necesidades proteicas incluyendo proteína animal en su dieta habitual. El 23 % lo hace consumiendo proteína vegetal y el 33 % consume alimentos enriquecidos con proteínas.

¿Cuál es el perfil del consumidor de carne cultivada?

Los nacidos a finales de la década de los noventa e inicio de 2000, es decir la generación Z, serían el perfil de personas que consumen carne artificial. Unos jóvenes que siguen hábitos de alimentación saludables.

En cuanto al consumo de proteínas de origen animal, el 63 % de los consumidores habituales de este tipo de productos ha mantenido su consumo. Frente al 34 %, que asegura haber disminuido el consumo durante los dos últimos años.

La generación millenial (entre 30 y 40 años) y los «reducetarianos», son las personas que más han reducido su consumo.

Por tanto, todo parece indicar que el consumo de la proteína animal irá disminuyendo. Por el contrario, la proteína vegetal y los alimentos enriquecidos con proteínas incrementaran su consumo en los dos próximos años. Así lo justifican los datos, ya que el 53 % considera que en los próximos años aumentará su consumo de proteína vegetal. Aunque el 33 % cree que existe poca oferta de productos alternativos a las proteínas de origen vegetal.

Se trabaja en la obtención de análogos cárnicos a partir de la soja, el guisante o los insectos

El informe ha sido presentado por la directora general de Innovación de la Conselleria, Sonia Tirado. La directora general de Ainia, Cristina del Campo, y la responsable de Investigación de Mercados en Ainia, Cristina Jodar, en el marco del proyecto Smartmeat.

Del Campo, ha destacado que se conviertan en alternativas sostenibles y productos aceptados por el consumidor. Pero reconoce que es necesario superar desafíos tecnológicos como lograr unas propiedades organolépticas similares a la carne o el alto coste de producción. Esto requiere de un amplio esfuerzo en investigación, innovación y desarrollo.

Ainia trabaja en la obtención de análogos cárnicos a partir de fuentes proteicas alternativas como la soja o el guisante. También los cereales (arroz, cáñamo), insectos (Tenebrio molitor), patata y otras leguminosas. Todas ellas, mediante la aplicación de tecnologías de extrusión.

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