La mayor granja de insectos del mundo abrirá en Salamanca el próximo año. La pondrá en marcha la biotecnológica Tebrio, llamada así por el nombre del insecto que fabrican: tenebrio molitor, conocido comúnmente gusano de la harina.
La empresa fundada en 2017 construirá 90.000 metros cuadrados de la nueva fábrica. Y en ella se fabricarán 100.000 toneladas anuales de productos para alimentación animal, comida de mascotas, agricultura y aplicaciones bioindustriales en cosmética o textil.
Sabas de Diego, cofundador de Tebrio junto a Adriana Casillas, ha explicado que «vamos a producir algo más de 100.000 toneladas, son muchas pero probablemente acabemos acumulando unos 3 millones de kilos de animales de manera permanente en las instalaciones».
La empresa, creará unos 250 empleos cuando termine el nuevo proyecto en Salamanca. Y tiene como objetivo expandirse en América y Asia.
«Aún siendo la fábrica más grande del mundo, deberíamos hacer muchísimas más para afrontar el problema que tenemos a medio plazo. Esto es que no va a haber proteína animal suficiente para dar de comer a los animales que criamos«, ha señalado De Diego.
Tebrio fue la primera biotecnológica del mundo en fabricar fertilizantes orgánicos a base de insectos
«El consumo animal y el consumo humano de alimentos está entrando en competencia». Este hecho hizo que De Diego y Casillas desarrollaran esta idea en 2014. Y buscaran una «herramienta bioconversora, que es el insecto» para producir proteína y grasa con la que dar de comer al ganado.
La empresa abrió en 2015 la primera planta de producción de insectos aprobada en la Unión Europea para alimentación animal. Y en 2019 se convirtió en la primera biotecnológica del mundo en obtener la autorización para fabricar fertilizantes orgánicos elaborados a base de insectos.
Se criará el insecto en vertical por lo que reduce espacio y además necesita poca agua
Estos emprendedores salmantinos han conseguido optimizar recursos «para obtener mucha más comida a través de una fuente de suministro nueva y sostenible», ha explicado Casillas.
«El abono que se produce con el excremento del tenebrio tiene unas capacidades excepcionales para su uso tanto en la agricultura ecológica como en la colaboración con la tradicional. Para usar muchos menos fertilizantes químicos y mejorar la calidad del suelo».
En la nueva fábrica, se criará al insecto de manera vertical. Por lo que se requiere «muy poco espacio en comparación con otras explotaciones agropecuarias». Además se necesita muy poca agua para criar este insecto.
La construcción de estas instalaciones de cría y transformación de insectos tendrá su primera fase concluida en 2024 y la final en 2025.