Trucos para el semáforo en el etiquetado

Las principales compañías de alimentación y han realizado el anuncio para informar que desarrollarán esquemas nutricionales por colores a la hora de etiquetar sus productos. La Asociación Europea de Consumidores (BEUC) y la OCU han mostrado una actitud positiva ante este paso, no obstante todavía lamentan la forma en la que los fabricantes quieren definir los colores para reflejar los valores nutricionales de los alimentos.

Para la organización de consumidores de España esta nueva iniciativa es algo muy positivo, ya que las empresas de alimentación por fin reconocerán la utilidad del sistema de semáforo de colores a la hora de facilitar a los consumidores la mejor manera de elegir productos y alimentos mucho más saludables en su ingesta semanal.

Tanto a nivel europeo como a nivel nacional se lleva que este etiquetado nutricional esquemático se convierta en obligatorio para la industria y se usen este tipo de simbología tan sencilla en todos los envases. La idea de base para este nuevo sistema es que, con un solo vistazo, se vea la cantidad de grasa, grasas saturadas, azúcares sencillos y sal en los alimentos que se adquieren.

Pequeña trampa

No obstante las compañías han realizado un pequeño giro para esquivar esta forma de etiquetado y han decidido mostrar este código para una porción en vez de para 100 g/ml. Esto es algo que se ha avisado desde este tipo de organizaciones, ya que dificulta a los consumidores la comparación entre productos y también puede resultar engañoso a la hora de decidir si un producto es saludable o no.

Como ejemplo muestra que el usuario podrá encontrar más colores verdes o ámbar en cereales de desayuno, productos de pastelería o galletas de los que a priori correspondería. Todos estos artículos disponen de unas altas cantidades de grasa, azúcar o sal, por lo que deberían de contar con color rojo.

Por este motivo las organizaciones de consumidores tienen serias dudas de que este tipo de código de colores por tamaño de raciones sea lo adecuado para informar y educar al consumidor. A falta de una definición legal y consensuada del tamaño de las raciones, estas no deben ser los valores de referencia porque además no siempre son realistas, indican estas organizaciones.