El mundo de las bebidas espirituosas está viviendo una revolución durante los últimos años, son muchos los usuarios que han decidido pasarse al consumo de bebidas de tipo premium, Una medida que se ha unido al aumento considerable del consumo de Gin-Tonic, esto ha provocado que se puedan apreciar cada vez más variedad de ginebras en los establecimientos especializados.
En este sentido la ginebra de origen americano Seagram’s Gin ha realizado, gracias a la agencia Publips, una valla publicitaria humana en los jardines del Palau de la Música, que se encuentra enmarcado dentro del Seagram’s Gin Jazz Festival. Este festival es uno de los acontecimientos de música Jazz más importantes y prestigiosos dentro del panorama nacional, esta conocida marca de ginebra lo viene patrocinando desde hace dos años.
Una valla muy particular
Para que todos los usuarios que decidieron pasar una velada muy especial en este festival de música Jazz, Seagram’s Gin decidió situar una valla publicitaria ficticia de 3×8 metros que estuvo llena de actores y bailarines dispuestos sobre una tarima que daban la sensación de ser estatuas humanas. De esta forma esta conocida marca de ginebras quiso recrear el ambiente tan particular de la América clásica de los años 50, con una iniciativa que sigue la línea de su comunicación habitual. Este acontecimiento intentaba que el público que se encontraba en el festival se integrara, para ello situaron tres grandes botones que llamaban su atención.
Los usuarios que pasaran por allí podrían pulsar el botón de ‘Play’, de esta manera se encendían las luces y todos los pertenecientes a esta valla tan particular bailaban al ritmo de las canciones. También se disponía de un botón de ‘Pause’, que provocaba que las luces se apagaran y los bailarines volvían a su estado inicial de estatuas inanimadas. Luego había un botón con un interrogante y una luz roja a modo de sirena, esto provocaba que los bailarines interactuaran con aquella persona que se había atrevido a pulsarlo: Los figurantes bajaban a por ella y la invitaban a subir, eso sí, el valiente recibía como premio una recopilación de la mejores canciones del Seagram’s Gin Jazz Festival.