¿Qué es la RSC?
Hoy en día no es suficiente vender un producto. Es necesario ofrecer salud, tiempo, tradición y; lo que es muy importante, responsabilidad social corporativa (RSC). Pero, ¿a qué nos referimos con este último concepto tan extendido en los últimos años? Básicamente, al valor añadido que ofrece una marca, traducido en una contribución activa a la mejora económica, medioambiental y social. En definitiva, se trata de aquellas actividades que generan un impacto en el consumo responsable.
Ahora bien, no debe confundirse la RSC con la legislación laboral y normativas de la empresa, cuyo cumplimiento se presupone; la RSC va más allá, aproximándose al ámbito de la ética. Tampoco la RSC actúa como sinónimo de marketing responsable, aunque ambos conceptos están ligados de forma intrínseca. En este sentido, el marketing responsable tiene que responder a la RSC.
Alimento como bien social
La empresa productora de alimentos emprende determinadas acciones que se insertan en una forma de gestión, respondiendo a un criterio ético, más que a un cumplimiento normativo. Son, precisamente, estas acciones las que le llevan a considerar el alimento un bien social.
Especial relevancia cobran la inocuidad y calidad, que se constituyen como los dos ejes sobre los que gira la RSC en el sector alimentario y agroalimentario.
Compromiso con el medio ambiente
El desarrollo sostenible es un Objetivo Universal, tal y como lo reconocen las Naciones Unidas. Las diferentes marcas en alimentación se hacen eco de ello, convirtiendo el compromiso con el medio ambiente en la principal línea de acción.
Puede afirmarse que, en este ámbito, la RSC ofrece gran libertad de actuación. El consumo eficiente de agua, o la reducción del mismo es una de las medidas que toman con frecuencia las empresas productoras de bebidas. Pero no menos comunes son la utilización de envases reutilizables para disminuir el impacto ambiental, o la reducción de la huella de carbono en la lucha contra el cambio climático.
Condiciones sociales
El sector alimentario y agroalimentario hace de la RSC una apuesta por la mejora social. A este propósito responden iniciativas, como la colaboración por parte de las empresas con instituciones gubernamentales para asegurar un futuro mejor a cultivadores de cacao en los países con menos recursos; o bien, la participación en proyectos sociales donde la integridad, la ética y la dignidad se alcen como seña de identidad.
La cultura y la educación también adquieren gran protagonismo en la RSC. Por ello, muchas empresas no dudarían en patrocinarse en eventos de esta índole, especialmente si están dirigidos a los colectivos más desfavorecidos de la sociedad.
Apuesta por la salud
Otro de los principios que guían las acciones de una marca es respeto a la salud. Una empresa puede erigir su marca como fuente de salud a través de diversos medios, tales como la inversión en investigación médica; el lanzamiento de campañas que conciencien a la población de la importancia de seguir una alimentación saludable; y la incorporación de información nutricional en cada producto, junto con recomendaciones para mantenerse en forma o advertencias sobre las peligrosidad de las famosas dietas “milagro”.
Son múltiples las posibilidades por las que una empresa puede reflejar la RSC. El problema surge cuando estas acciones no responden a un criterio ético y responsable, sino al lavado de una imagen que ha sido deteriorada anteriormente.