La relación que existe entre la gastronomía y la ciencia se estrecha día tras día hasta el punto de alcanzar objetivos que se consideraban casi imposibles. El último ejemplo de ello tiene que ver con el mundo del vino, y está relacionado con el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMDRA), que ha logrado recuperar una variedad casi extinta de uva moscatel del siglo XVI.
En el Madrid del siglo XVI existía una variedad de uva moscatel que se caracterizaba por tener un grano pequeño. Se trata de un tipo de uva que ahora, cuatro siglos después, la Comunidad de Madrid ha salvado de su extinción definitiva, y lo ha hecho con el objetivo de mejorar los vinos con Denominación de Origen madrileños, así como la producción y la economía de los viticultores de la zona. Así, gracias al trabajo que desempeña la institución IMIDRA, este tipo de uva moscatel prácticamente desconocida podrá ser cultivada con el fin de producir caldos únicos y óptimos para maridar con platos muy específicos.
Investigación y análisis
Hasta ahora se han analizado los vinos producidos a partir de veintidós clones creados por el IMIDRA, prestando especial importancia a las peculiaridades del cultivo, a sus características organolépticas o incluso a su resistencia a las heladas y a ciertas plagas. Esta información será facilitada a viticultores y bodegueros con la finalidad de que saquen el máximo partido y los mejores resultados a su producción.
Esta variedad de uva moscatel madrileña, blanca y pequeña, prácticamente no se utilizaba para elaborar caldos, y los escasos cultivos que existían se encontraban en zonas tan alejadas de la Comunidad de Madrid como Francia, Italia o incluso Navarra. Este hecho es relevante desde el punto de vista de la Denominación de Origen, ya que esta categoría de uva se encuentra inscrita en la D.O Vinos de Madrid desde el año 2002, pero apenas se ha utilizado en la zona para elaborar vinos. Ahora, la ciencia ha hecho posible que se recupere esta variedad en diez parcelas de la Comunidad de Madrid en las que se viene cultivando esta uva desde hace una treintena de años.
En búsqueda de la calidad
Con esta variedad de moscatel se obtienen vinos con una alta graduación alcohólica que destacan por su calidad y por la intensidad de su aroma. Pero hacer vino a partir de esta variedad no era hasta el momento una tarea sencilla, ya que es una variante poco productiva debido a su excesiva sensibilidad al hongo oídio y a su vulnerabilidad frente a las heladas propias de la primavera.
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