Mark Post ha liderado a una serie de científicos holandeses de la Universidad de Maastrich en una iniciativa que al principio parecía un tanto disparatada pero que al final ha llegado a buen puerto. El año 2011 fue el elegido por estos científicos para comenzar su proyecto: La primera hamburguesa creada y desarrollada de forma artificial en un laboratorio a partir de células madre vacunas.

Este producto novedoso y revolucionario se presentó con una degustación en rueda de prensa en la ciudad de Londres, que sirvió para presentar el avance y para dar todas las explicaciones pertinentes a los presentes de cómo consiguieron sacara adelante este proyecto. El montante total de esta investigación ascendió hasta los 250.000 euros, un dinero que fue aportado por Sergey Brin, cofundador de Google.

La investigadora austríaca especializada en alimentos Hanni Rutzely y el periodista gastronómico Josh Schonwald fueron los dos voluntarios encargados de probar este nuevo experimento ante la atenta mirada de más de 200 periodistas en un plató de televisión de un programa de cocina especializado. Sin duda todo un hito televisivo.

Una hamburguesa muy particular

Mark Prost, de la Universidad de Maastricht, informó que el objetivo de esta presentación tan particular era demostrar a todo el mundo que se podía hacer esta clase de iniciativas y que la tecnología actual permite realizarlo. También destacó que se necesitarán cerca de 10 o 20 años para que este artículo pueda llegar al mercado y todos los consumidores lo puedan adquirir.

Gracias a las células madre de vaca, el equipo de científicos consiguió multiplicar muestras. Después de tres semanas de proceso continuado, se consiguieron más de un millón de células madre que fueron apartadas en pequeños recipientes donde se fusionaron hasta formar minúsculas tiras de músculo, que tenían cerca de un centímetro de largo varios milímetros de ancho.

Cuando se consiguieron las 20.000 tiras se congelaron para más tarde pasarlas a temperatura ambiente y convertirlas en una masa compacta de hamburguesa que puede ser cocinada. Además de la carne, los investigadores añadieron pan rallado, sal, huevo en polvo, jugo de remolacha y azufre para que la hamburguesa obtuviera color.

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