Andrés del Campo, presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), afirma que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) ha convertido los «planes hidrológicos en ideológicos». Redactados bajo un «excesivo celo ambientalista».
Durante una entrevista con Efeagro, Del Campo critica que el Ministerio ha impulsado planes que causarán «perjuicios económicos, sociales, medioambientales y el abandono del medio rural». Asimismo, hace referencia a los caudales ecológicos en los ríos, algo a lo que no obliga la «normativa marco» comunitaria, señala.
Reducción de los caudales ecológicos en época de sequía
La necesidad de mantener los niveles de esos caudales «han reducido un 16 % de media la disponibilidad de agua en España, soportada exclusivamente por el regadío».
Cree que, «en época de sequía, deberían restringirse» para tener más disponibilidad de agua al consumo y no tener, en cambio, los «ríos artificializados» con agua en verano.
Para Fenacore, la nueva planificación no contempla construir nuevas obras de regulación, como embalses. Obras que son necesarias «más que nunca» en un «contexto de cambio climático».
No podemos obviar el papel imprescindible de los embalses. Su existencia es fundamental, ya que minimizan el riesgo de inundaciones y permiten disponer de agua en épocas secas. España lleva «más de 10 años» en sequía meteorológica pero, gracias a las obras de regulación, «no se ha notado hasta ahora», insiste.
Los pantanos, por lo tanto, han permitido posponer la «sequía hidráulica» y han conseguido dar salida a «todas las demandas, incluso la del regadío». Sin embalses, «apenas podrían vivir en España cinco millones de personas», calcula Del Campo. Defiende además que las presas del país permiten retener actualmente el «45 % del agua de lluvia» y con nuevas obras se podría llegar hasta «el 70 % o más».
El presidente de Fenacore también hace mención a las recientes declaraciones del secretario de estado de Medio Ambiente, Hugo Morán. Declaraciones en las que señala que España «tiene que disminuir las hectáreas de regadío porque empieza a haber problemas para poder garantizar la sostenibilidad del sector». También expuso que el regadío «es el que más agua utiliza, por encima del 80 % de la totalidad» disponible.
Buscar culpables a la sequía
Del Campo cree que «la Administración busca culpables a la sequía» y han puesto el foco en el regadío. Un regadío que «es ejemplo de modernización en el mundo».
En ese sentido, recuerda que hay 3,8 millones de hectáreas de regadío en el país de las que «el 75 % están modernizadas», ya sea por goteo o por aspersión.
«Se ha ahorrado entre un 20 y un 25 % de agua por hectárea», lo cual es «un éxito que se ha menospreciado».
Ve desacertado que políticas comunitarias, como la Política Agrícola Común (PAC), estén centradas ahora en «impulsar medidas ambientalistas a costa de reducir la productividad de los cultivos» de regadío. Es una «equivocación» en un contexto de población mundial creciente y cree que hay que «producir más, con los mismos recursos», algo que es «fácil» para el regadío con la «tecnología disponible».
«La tecnología permite que los impactos medioambientales puedan ser mínimos pero la solución no es quitar hectáreas de regadío porque agravaría la producción de alimentos». Además, los regantes siguen con su reivindicación histórica de la doble tarifa eléctrica más ajustada al consumo real de su actividad.
En ese sentido, Fenacore recuerda que es algo ya recogido por ley en España pero «falta por desarrollar el reglamento». «No se ha avanzado en nada» por los intereses de las «eléctricas o de índole política». «Seguiremos reclamando» porque esa doble tarifa, unida a una reducción del IVA, permitiría reducir «casi un 30 % los costes» al regante.