Las empresas españolas disponen cada año de 98.000 toneladas de aceites vegetales. El aceite de girasol constituye más del 50% del total, de modo que se convierte en un alimento de “máxima importancia” para el sector conservero.
Juan Vieites, secretario general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas de Pescados (Anfaco-Cecopesca), ha expresado este lunes la “preocupación máxima” del sector ante la falta de suministros de aceite de girasol a causa de la guerra en Ucrania. Situación que se suma a un contexto general de incertidumbre, que ha calificado como la “tormenta perfecta”.
“La mayor preocupación se encuentra en los aceites vegetales empleados en la conserva, sobre todo dada la importancia del aceite de girasol. Es un actor indiscutible en nuestras producciones”, ha manifestado Vieites.
De hecho, según sus cálculos, las empresas españolas de este sector disponen anualmente de 98.000 toneladas de aceites vegetales. El 44% de esas casi 100.000 toneladas son de aceite de oliva y el resto de girasol. Asimismo, el aceite de girasol es de máxima importancia para el sector. Sobre todo el importado de Ucrania, que supone el 70% del que se consume en España.
Juan Vieites y su malestar por el estado del aceite de girasol
“Los desajustes de oferta y demanda que se pueden producir no son suficientes para abordar las necesidades” del sector, ha expuesto el secretario general. De hecho, hay otros países como Argentina, Moldavia, Bulgaria, Brasil o Francia que también producen aceite de girasol, pero en cantidades escasas.
Las empresas del sector buscan planes de contingencia y alternativas. Como trabajar a contrarreloj en las formulaciones de los productos con aceites sustantivos, entre ellos el de soja. Nuevas opciones con el fin de mantener la calidad de la conserva.
Entretanto, la patronal ha solicitado a las administraciones y autoridades europeas “medidas comerciales de excepción como la suspensión de barreras arancelarias o incluso técnicas”.
Según Juan Vieites, las empresas del sector ya tenían aseguradas las compras para seis meses, pero las refinerías ucranianas están detenidas. Los barcos no circulan por el estrecho del Bósforo, y, además, las aseguradoras no se hacen cargo en situación de guerra. Actualmente, la industria se podría enfrentar a un desabastecimiento en cuestión de tres semanas o un mes.
Consecuencias del conflicto
“Sería recomendable que las administraciones dieran las soluciones oportunas para intentar paliar esta situación de desabastecimiento. No digo del tema del precio, que se ha multiplicado por dos, sino de la escasez que se pueda producir por desabastecimientos”, informaba Vieites.
Con el fin de encontrar garantías “para no vernos perjudicados en el medio corto plazo”, Anfaco ha comunicado su preocupación a la CEOE mediante la Federación de Industria de Alimentación y Bebidas.
Al conflicto bélico se une la subida de costes de materias primas como el aluminio, fundamental en el sector de la conserva, y cuyo precio ha aumentado un 100%. El encarecimiento de los contenedores de carga, que han experimentado una subida de entre un 250 y un 600% o el precio de la energía. Esto repercutirá de forma directa en los centros comerciales y en los bolsillos de los consumidores.