Entre el 14 y 17 de noviembre se realizó la  edición 23 de San Sebastián Gastronomika. Es un encuentro entre las cocinas española y francesa. Este año planteó un nuevo diálogo a partir de la pandemia. Uno de los premios que otorga es el Gueridón de Oro. Por primera vez fue a manos de un productor. Se trata de Bodegas López de Heredia, histórico establecimiento riojano que produce desde hace casi 150 años los vinos Viña Tondonia y Cravonia.

El gueridón, símbolo del diálogo entre la cocina francesa y española

San Sebastián Gastronomika es el decano de los congresos gastronómicos de España.

La edición XXXIII está dedicada a redescubrir la realidad culinaria francesa y plantear un nuevo tiempo con la cocina española. Innovación, figuras emergentes a uno y otro lado de la frontera junto con los chefs más relevantes del mundo son las principales propuestas. Se realiza bajo el lema «Reencuentros»

La edición anterior convocó más de 50 ponencias durante 5 días, en formato remoto a través de una novedosa plataforma digital. Reunió más de 20.000 participantes de 106 países en una edición gratuita por primera vez.

Entre sus muchas actividades cuenta con la entrega del premio Gueridón de Oro. El «gueridón» es una suerte de mesa auxiliar utilizada en gastronomía con elementos de cocina y bar. La mesilla se coloca a un costado de la mesa principal donde están los comensales y no debe moverse durante todo el servicio.

Precisamente el gueridón es el símbolo elegido para premiar la sala ya que se cree que nació en la corte del rey Luis XIV. Su uso se conoce como «servicio a la francesa» aunque algunos también lo llaman «a la rusa». Más allá de esto, el gueridón realmente simboliza el diálogo entre las cocinas francesa y española.

El Gueridón de Oro premia la labor de sala y las actividades vinculadas al restaurante fuera de la cocina.

Bodegas López de Heredia, primera bodega premiada con el gueridón de oro

El día 15 de noviembre se realizó la entrega del Gueridón de Oro. Recayó sobre las legendarias bodegas López de Heredia. Es la primera vez que una productora recibe este galardón.

La bodega es una empresa más que centenaria que continúa elaborando vinos con la misma tradición y convicción que sus fundadores. A lo largo de 144 años han alcanzado un alto nivel de refinamiento en sus excepcionales vinos. La marca insignia es Viña Tondonia, seguida por otras que son conocidas en los cinco continentes.

Es también simbólico el premio para esta bodega, ya que el fundador, Rafael López de Heredia y Landeta, aprendió el oficio de elaboración de vinos de los negociantes franceses residentes en Haro, La Rioja, donde se encuentran las bodegas.

Precisamente Bodegas López de Heredia es una de las más antiguas de Haro y está entre las tres más antiguas de La Rioja, cuentan con una galería excavada de 140 metros de longitud denominada El Calado. Allí es donde comenzó la crianza de los vinos.

Entrega del premio Gueridón de Oro

Benjamín Lana es director del área de Gastronomía de Vocento, un periódico fundado en 2002 pero con raíces en el la histórica prensa vasca. Precisamente fue el encargado de entregar el premio. Lo recibió María José López de Heredia, quien se encuentra al frente de la bodega desde hace más de 20 años. Lo hace junto a sus hermanos Julio César y Mercedes.

El periodista expresó que “Queremos reconocer su trayectoria y la importancia de la figura de los bodegueros en la restauración gastronómica con este Gueridón que por primera vez va a manos de unos productor”. A la vez, reconoció a «una mujer que contra viento y marea ha seguido defendiendo esa forma de hacer vino».

Por su parte María José se mostró emocionada pero hizo gala de su humor: «Me siento la reina de las mesitas auxiliares», bromeó. Después dijo:  «Me emociona estar aquí. Me emociona recibir este premio y que sea en una edición donde Gastronomika mira a Francia. ¡Qué les voy a decir yo de lo importante que es Francia para el mundo del vino y para la historia del Rioja!”

Bodegas López de Heredia sucede en el premio a Txomin Rekondo, el galardonado en 2020. Es propietario de un restaurante de San Sebastián con una de las mejores bodegas del mundo. Con sus más de 85 años de edad, cuida de su laberíntica bodega que alberga más de 100.000 botellas de vino.