Los precios de los cereales siguen mostrando una tendencia al alza debido a una menor cosecha de maíz de la esperada en los Estados Unidos, aunque cayeron a principios de este mes tras el regreso de las exportaciones de cereales de Ucrania.
Los precios del trigo duro, trigo blando, maíz, cebada, cebada de malta y avena subieron en promedio la semana pasada, según datos proporcionados por la Asociación de Comerciantes de Cereales de Accoe.
Todos ellos presentan fluctuaciones mensuales positivas, excepto los precios del trigo duro y la avena, que disminuyeron.
El secretario general de Accoe, José Manuel Álvarez, ha determinado que el mercado parte de un precio «muy alto» y enfrenta «mucha incertidumbre», por lo que no se puede descartar un escenario de cambio a pesar del alza.
Vinculó este comportamiento al último pronóstico de Estados Unidos, que en su informe final de agosto estimó que la producción de maíz para la temporada 2022-2023 fue menor a la esperada en julio.
Este repunte en los precios ha compensado la caída puntual que experimentaron, después de que se abriera hace un par de semanas un corredor para exportar cereales de los puertos de Ucrania, que habían estado bloqueados desde el comienzo de la invasión rusa en febrero.
España es deficitaria en cereales y compra el 27% de sus importaciones de maíz a Ucrania (segundo proveedor de este cereal en el mercado nacional) y el 62% de sus compras de girasol.
En el mercado de proteínas, el precio de las semillas de girasol alcanzó la semana pasada los 750 euros la tonelada, un 17% más que en enero de 2022.
Álvarez ha señalado que el girasol es un subproducto de la alimentación animal en España y es pronto para saber la rentabilidad de la presente campaña.
Los productores españoles estiman que la cosecha se verá afectada por la sequía, a pesar de que la superficie ha aumentado después de que se permitiera levantar los páramos para hacer frente a las secuelas de la guerra en Ucrania.