Con la disminución de las tradicionales tiendas alimentarias de barrio y el paso a las grandes cadenas de supermercado, se ha generado una gran competencia entre las distintas empresas del sector. Sin embargo, todas ellas llevan a cabo estrategias de marketing para ampliar sus ventas sin que el consumidor se de cuenta.

Para ello, es necesario estudiar psicológicamente la conducta del cliente durante el proceso de compra, es decir, cómo se comporta y cuánto compra. En los últimos años el comprador se ha vuelto menos impulsivo en las compras de supermercado, puesto que previamente en su casa piensa lo que pretende comprar en vez de hacerlo en el propio establecimiento y poder caer en la tentación de adquirir productos que realmente no necesita. Además, suele conocer el precio y emplazamiento de estos.  

A continuación, se exponen algunas de las tendencias de marketing en supermercados para alcanzar los objetivos de ventas de las diferentes cadenas alimentarias.

Principales tendencias

  • Lugar de los productos en el establecimiento:

Algo básico en el emplazamiento del producto en el supermercado es que, es habitual que los productos de primera necesidad se sitúen al final del pasillo para que el cliente tenga que recorrerlo entero y tener más probabilidad de que compre algún artículo más. Es el caso de la sección de carnicería y charcutería o de panadería. Asimismo, estos productos que el consumidor va a comprar seguro, también se encuentran en los estantes más bajos. Dejando a la vista en los superiores productos de compra espontánea que se quiere que el cliente perciba más fácilmente. Por otra parte, los artículos de los que se tiende a olvidar su compra se colocan en los cruces de pasillos o a la salida en la caja, como es el caso de las chucherías y de las pilas.

  • Precios atractivos:

Con referencia a los precios, el marketing se encarga de que los productos tengan costes “atractivos” para el consumidor. Por lo que, no se suelen encontrar números exactos para provocar sensación de económico y dificultad a la hora de comparar con otros. Por ejemplo, las cifras acabadas en 5 y 9 suelen ser más atrayentes al ojo del cliente.

  • El carro de la compra:

En cuanto a los carros, las personas tienden a comprar hasta llenarlo, por lo que, cuanto mayor sea más se comprará. No obstante, en supermercados de precios caros se suelen poner carros pequeños para que, al finalizar la compra se de una percepción de economicidad por haber llenado el carro a pesar de su elevado coste. De esta forma el consumidor se sentirá satisfecho. Además, es habitual que los carros se desvíen sutilmente hacia un lado concreto del pasillo para atraer al público hacia los productos de esos estantes.

Últimamente también se está teniendo en cuenta al público más joven como los niños, proporcionándose un carro pequeño en el que alcanzan los productos de las baldas inferiores que más les atraen.

  • Ritmo de compra:

La velocidad a la que se realicen las compras repercute en el tiempo de reflexión de los productos, algo que interesa a las empresas que sea reducido. Por consiguiente, se utiliza en los supermercados un estilo de música movido para que el cliente no piense demasiado acerca de su compra. Otro factor que se tiene en cuenta es el tipo de suelo del establecimiento, por lo que dependiendo de este se transitará más rápido o despacio por los pasillos.

Nuevas tendencias de marketing

Los cambios socioculturales repercuten en sobremanera en el proceso de compra y en las necesidades de los consumidores. Por lo que las empresas llevan a cabo diferentes acciones para que los clientes compren más y estén más satisfechos.

Por un lado, las personas en la actualidad disponen de menos tiempo para preparar platos elaborados y de calidad. Así pues, los supermercados han añadido una sección de platos ya hechos para satisfacer a este segmento tan atareado. Esta acción ha sido llevada a cabo recientemente por Mercadona, que ha realizado reformas en todas sus tiendas para añadir un apartado de comidas preparadas.

Otra tendencia sociocultural es la importancia atribuida a llevar una alimentación saludable. En consecuencia, se ha ampliado la variedad de productos de este tipo y proporcionado información nutricional sobre estos, como fruta, carnes y lácteos. De nuevo Mercadona fue un ejemplo de ello al instalar máquinas exprimidoras de zumo para que los clientes pudieran comprar su propio zumo de naranja natural en el establecimiento. Finalmente, una vez más las tecnologías se instalan en las acciones cotidianas como es el hacer la compra. Las cadenas de supermercado han facilitado la tarea a sus clientes permitiéndoles adquirir sus productos a través de la plataforma online de la empresa y llevándoselos a casa. De esta forma, se reducen costes para la empresa y el cliente ahorra tiempo, por lo que ambos están satisfechos con el proceso de compra.

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