Llega el período estival y con él también los días de playa, tapas, paella y sangría, esa bebida tan típica y tradicional de los veranos españoles que está elaborada a partir de vino, fruta troceada, azúcar y alguna que otra especia o licor.
La sangría es algo tan arraigado en la cultura española que es imposible pasar un verano completo sin divisarla en las mesas de los españoles, ya sea en el consumo que realizan fuera del hogar, como en casa. No en vano, según expresa la normativa comunitaria, este producto sólo puede producirse en España o Portugal bajo la denominación de ‘sangría’; de lo contrario, el nombre tradicional se debe sustituir por la denominación “bebida aromatizada a base de vino”.
Desde su origen, todavía desconocido, esta bebida ha recibido diversos nombres. En España todavía se emplea el término original, por la similitud de la bebida con el color rojo oscuro de la sangre, pero en Latinoamérica todavía existen zonas en las que se la conoce como ‘limonada del vino’, ya que así era como se llamaba a la sangría cuando se consumía en las colonias españolas del continente americano.
Marketing para la sangría
Al tratarse de un producto típico de la cultura y gastronomía españolas, la sangría suele comercializarse bajo estrategias de marketing que abogan por relacionar el producto con los valores propios de la forma de ser de la sociedad española, pero sobre todo de la zona sur. Así, la temática de los lunares propios del folclore andaluz, los sombreros cordobeses o las postizas son elementos más que utilizados en los packaging de las principales marcas de sangría españolas.
Sangría Lerele
Sangría Corrida de Toros
Sangría Española Eurobodegas
Valor añadido
A pesar de la creatividad de los packaging es preciso que las marcas aporten algo nuevo al segmento de la sangría, algo que invite al consumidor a probar un producto tan nuevo como tradicional. Así nacen marcas como Lolea, que produce y comercializa sangría elaborada de manera artesanal; Singría, que se dedica a la producción de esta bebida pero en la categoría ‘sin alcohol’; sangría Olé, que sorprende al consumidor con un packaging que recuerda al del cava y que aporta un toque gourmet a la mesa; o sangría que aporte un toque sofisticado y que se aleje del tan utilizado folklore español en el packaging, dando vida así a uno de los envases más atrayentes del mercado.
Sangría Lolea
Singría
Sangría Olé
Diseño de packaging diferente
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