Las pepitas de calabaza son semillas desecadas y tostadas para ser comestibles de la planta llamada calabaza de la familia de las Cucurbitáceas (que incluyen también el calabacín, el melón, la sandía y el pepino entre otras).

Las semillas suelen ser planas, ovaladas y de color verde oscuro (por su contenido de clorofila). La mayoría están rodeadas de una cáscara blanca, dura y adherente pero existen variedades sin cáscara.

La calabaza es una baya de cáscara dura de color anaranjado. Son plantas que se encuentran tanto de manera silvestre como cultivada.

Su distribución es global y medra mejor en regiones templadas a cálidas durante todo el año.

Los principales productores de calabazas son: India, Ucrania, Rusia, México, España, Estados Unidos, Turquía e Italia.

La planta es originaria del norte de México y del sudeste y este de Estados Unidos.

Las semillas comestibles pertenecen a las siguientes variedades: Cucurbita máxima o argyrosperma o pepita gruesa o calabaza pipiana (que crece en América), Cucurbita moschata o pepita menuda (ampliamente distribuida por el mundo), Cucurbita pepo (una de las más antiguas, se calcula que se consumen desde 7000 A.C.).

 

Historia y origen de las pepitas de calabaza

El primer sitio de cultivo fue América. Las tribus originarias las usaban por sus propiedades medicinales y alimenticias. Luego del descubrimiento de América su uso se propagó a algunas zonas de Europa del Este y del Mediterráneo (sobre todo Grecia). También se incorporaron en India y otras zonas de Asia. 

Se cree que las primeras calabazas sólo se cultivaban por sus semillas y no por su carne, ya que su gusto acre no la hacía apta para el consumo humano.

En “Historia General de la Nueva España” su autor, Fray Bernardino de Sahagún, describe una comida que le fue servida a Moctezuma elaborada con gallina, chile rojo, tomate y pepitas de calabaza molidas

 

Componentes nutricionales de las pepitas de calabaza

Poseen una gran cantidad de proteínas (35 %), 50 % de grasas insaturadas (como el Omega 3 y el Omega 6), vitaminas (A , B3, K y folatos), minerales (son ricas en magnesio y zinc pero también tienen cantidades variables de manganeso, zinc, potasio, cobre, fósforo y hierro), fibra, tocoferoles (que son agentes antioxidantes) y cucurbitina (un compuesto que únicamente se encuentra en estas semillas). 

Tienen un valor calórico bajo: las calorías en una porción de 30 gramos (80 semillas aproximadamente) no exceden las 150 kcal.

 

¿Cómo consumir las semillas de calabaza?

La mejor forma de aprovechar todos los nutrientes sería consumirlas crudas, pero, de esta forma, son de difícil absorción. Por eso comercialmente se las tuesta y generalmente se venden sin cáscara.

Se las puede preparar en forma casera. Se extraen las semillas, se lavan y se colocan al sol para secarlas (cubiertas con una malla fina para evitar los insectos). Luego ya pueden consumirse.

Otra forma de preparación sería poniéndolas en el horno sobre una bandeja cubierta con papel vegetal a 75 grados C hasta dorarlas, generalmente unos 30 minutos. Es importante mover la bandeja para que no se quemen. También pueden prepararse en microondas o en una sartén.

Si se desea un sabor distinto se les puede adicionar aceite de oliva y/o sal, canela, nuez moscada o jengibre.

Hay personas que las consumen con cáscara, pero pueden ser un poco pesadas por su gran contenido en fibra.

Se las puede agregar a otras comidas como panes, salsas, budines, ensaladas, sopas, etc.

Las semillas trituradas o en polvo se logran colocándolas en una licuadora o una procesadora de alimentos y luego pueden agregarse a los cereales, a los zumos de frutas o al yogur.

En ciertas tiendas puede comprarse el aceite de semillas de calabaza que siempre debe utilizarse crudo ya que pierde sus propiedades al calentarse.

También existe la leche de semillas de calabaza que es consumida sobre todo por los veganos.

También hay barritas de cereal o crackers de semillas que las incorporan en su preparación.

 

Beneficios para la salud

  1. Favorecen la relajación y aumentan el bienestar general

Debido a la gran cantidad de magnesio y triptófano (que estimula también la producción de serotonina) que contienen las pepitas de calabaza actúan a nivel cerebral ayudando a combatir el estrés, el cansancio, mejorando la memoria y facilitando el sueño.

 

  1. Ayudan a la pérdida de peso

Las semillas de calabaza poseen un alto contenido en fibras lo que incrementa la sensación de saciedad, de esa forma la persona ingiere menos alimentos y, por lo tanto, menos calorías. También ayuda a controlar la absorción de la glucosa a nivel intestinal, haciendo que sus niveles se mantengan más estables. De todas formas, todo plan de pérdida de peso debe ser acompañado de una dieta y ejercicio físico adecuado. Y recordar que las pepitas de calabaza no están exentas de calorías.

 

  1. Aumentan la masa muscular

Esto se debe a la gran cantidad de proteínas que contienen las semillas de calabaza, que son las encargadas de formar masa muscular. Así que las personas que están en plan de desarrollo de su musculatura (con un plan de ejercicios) pueden agregar este suplemento a su alimentación en batidos, yogures o cereales.

 

  1. Ayudan a prevenir el cáncer

Al poseer una gran cantidad de antioxidantes (como los carotenoides y la vitamina E) las semillas de calabaza ayudan a defender al organismo de la acción oxidativa de los radicales libres, disminuyendo el riesgo de sufrir algunos cánceres como el de mama (sobre todo en mujeres postmenopáusicas), de colon, de próstata, de pulmón y de estómago.

 

  1. Disminuyen la inflamación

El contenido en ácidos grasos insaturados como el Omega 3 y el Omega 6 ejerce una acción antiinflamatoria muy útil para pacientes con artritis y protege al organismo de enfermedades cardiovasculares y cerebrales.

 

  1. Mejoran la salud de la próstata y la tiroides

Las semillas de calabaza son ricas en zinc, que ayuda a reforzar el sistema inmunitario y al buen funcionamiento de la glándula tiroides. Algunos estudios han demostrado que el consumo diario de estas pepitas disminuye los síntomas de la hiperplasia benigna de próstata.

 

  1. Actúa como antiparasitario

La cúrcumina (sustancia que sólo se encuentra en estas semillas) es un eficaz remedio casero para combatir los parásitos intestinales y puede ser usada tanto en adultos como en niños.

 

  1. Ayudan en el tratamiento de la anemia

Debido a su alto contenido de hierro ayudan a mejorar la anemia y como beneficio extra pueden aportar hierro a las personas vegetarianas o veganas que no consumen carnes. Para que el hierro se absorba mejor es recomendable acompañar las pepitas con alimentos ricos en vitamina C (ya que de esta forma la absorción es mejor). Podemos consumir cítricos, papaya, kiwi o fresas.

 

  1. Ayudan a controlar los dolores menstruales

Actúan disminuyendo los cólicos que acompañan al ciclo menstrual femenino ya que, su contenido de magnesio disminuye la contracción muscular y el funcionamiento de los nervios.

 

  1. Mejoran la salud cardiovascular

Varios de los componentes de las semillas de calabaza actúan como cardio protectores (zinc, magnesio, fitoesteroles, Omega 3) controlando la presión arterial, disminuyendo los niveles de LDL (o “colesterol malo”) y controlando los niveles de glucosa en sangre. De esta forma se reduce la posibilidad de padecer aterosclerosis y coágulos sanguíneos (disminuyendo el riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares).

 

  1. Controlan la glucemia

Esta acción es importante para los diabéticos y los obesos que presentan resistencia a la insulina ya que, su contenido de fibra y magnesio, ayudan a controlar la cantidad de glucosa en sangre.

 

  1. Aumentarían la fertilidad masculina

Debido a que los niveles de zinc son necesarios para regular los niveles de testosterona, hormona necesaria para el buen funcionamiento del aparato reproductor masculino.

 

  1. Actúan sobre la salud del cabello

El aceite de semillas de calabaza ayuda al crecimiento del pelo en los hombres (ya que aumenta los niveles de andrógenos). Hace que el cabello crezca más saludable y fuerte.

 

  1. Ayudan a prevenir la litiasis renal (o cálculos renales)

Debido a sus propiedades diuréticas y antioxidantes ayudan a eliminar las toxinas del cuerpo, entre ellas el ácido úrico que es uno de los causantes de piedras en el riñón. La eliminación de ácido úrico también ayuda a controlar los ataques de gota.

 

  1. Ayudan a prevenir la osteoporosis

El alto nivel de ciertos minerales, entre ellos el calcio, el cobre y el zinc aumentan la densidad ósea y de esta forma mantienen a los huesos fuertes y sanos, previniendo las fracturas espontáneas de la osteoporosis.

 

Contraindicaciones de las semillas de calabaza

Al poseer tan alto contenido de fibra el consumo excesivo de semillas de calabaza puede provocar malestar estomacal, flatulencias y diarrea. 

Existirían ciertas dudas acerca de su efecto sobre la eyaculación masculina, algunos estudios dicen que podría provocar trastornos de esta.

Por supuesto que, como todos los alimentos, hay personas que pueden ser alérgicas a las pepitas.

El consumo desmesurado puede provocar aumento de peso, por eso se indica no consumir más de 25 gramos por día (que representarían unas 120 calorías).

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