Cada vez nos encontramos más familiarizados con el concepto de marketing ecológico, ecomarketing, marketing verde o marketing medioambiental. Son diversas denominaciones pero todas responden a un objetivo común: satisfacer las necesidades de un consumidor preocupado por el medio ambiente a la vez que se favorece el desarrollo sostenible.

Esta nueva tendencia ya se ha convertido en una estrategia de negocio en pleno auge actualmente, obedeciendo a una responsabilidad social empresarial. Pues, esta iniciativa ecológica se puede considerar desde una doble perspectiva: social, porque sin ánimo de lucro, promueve una conciencia medioambiental en el consumidor;  y empresarial, porque también está destinada a la venta de productos ecológicos.

Alimentación ecológica, una tendencia en expasión

La industria alimentaria pronto se hizo eco de la responsabilidad medioambiental, logrando que además no pasara inadvertida a los ojos del consumidor. Las estadísticas lo evidencian, porque los productos ecológicos ya están presentes en una cuarta parte de los hogares españoles, según el estudio “Caracterización de la tipología y perfil sociodemográfico del consumidor de alimentos en España”, presentado por el Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino el 30 de noviembre de 2011.

Además, el estudio también saca a la luz otros datos en relación a la “ecoalimentación”: el perfil del consumidor comprometido con esta tendencia engloba a personas de 40 años de edad, aproximadamente, siendo la salud uno de los principales motivos de compra de este tipo de productos,  cuyo máximo exponente se encontraría en las frutas y verduras.

Marketing ecológico en Alimentación

A la hora de desarrollar una estrategia de marketing verde, las industrias de este sector siguen un minucioso control en todas las fases del proceso productivo: llevan a cabo una correcta selección de materias primas, orientan el diseño del envase a la utilidad y la reducción de riesgos; minimizan al máximo los recursos empleados durante la producción y distribución, así como las emisiones contaminantes generadas; y por último, gestionan de forma eficiente los residuos, destinados al reciclaje y la reutilización.

No es más que un conjunto de acciones encaminadas a la oferta de un producto, similar al convencional, puesto que responde los parámetros de calidad, disponibilidad, servicio, precio y diseño, pero con la diferencia de que en los “ecoproductos” también entra en juego el medio ambiente, como factor decisivo en el comportamiento de compra.

10 beneficios de los alimentos ecológicos

Si aún no conoces los beneficios de estos nuevos hábitos en alimentación, aquí te mostramos sus ventajas:

1 No contienen residuos tóxicos, por lo que resultan más saludables. De ahí se deriva su aplicación a la agricultura convencional para eliminar plagas

2 No contienen aditivos sintéticos y son muy ricos en nutrientes; por ello, no provocan problemas de salud.

3  No contienen pesticidas, empleados en la agricultura tradicional.

4 No contienen OGM (Organismos Genéticamente Modificados), que podrían ser nocivos para el medio ambiente y la salud, aunque todavía no existe un fundamento científico que lo demuestre.

5 No contienen antibióticos, frecuentemente empleados en la ganadería tradicional.

6 Respetan el medio ambiente y evitan la contaminación.

7 Están sujetos a un exhaustivo control de calidad en las materias primas y proceso de elaboración y de envasado.

8 Contribuyen al bienestar animal, puesto que en la producción de este tipo de alimentos no se recurre a la manipulación de animales de forma artificial o intensiva.

9 Fomentan la biodiversidad y, en general, respetan la naturaleza.

10  Son más sabrosos y se conservan mejor que los alimentos convencionales.

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