Se llama “falso fruto” al higo debido a que este consiste en cientos de frutos (comúnmente llamados “pepitas”) dentro de un receptáculo. 

Es un fruto con una piel suave, sabor dulce y semillas crujientes. Debido a la gran cantidad de semillas fue símbolo de fe y sabiduría para muchas culturas.

Es sumamente delicado por lo que se debe evitar la excesiva manipulación de los frutos. No se debe lavar ni cepillar al recolectarlos para evitar que se malogren. 

Se puede consumir fresco o seco. La madurez se constata porque tienen el cuello arrugado con una gotita de néctar en el orificio apical y, al tacto, ceden un poco. El higo maduro sólo dura de 2 o 3 días en el frigorífico por lo que muchos prefieren consumirlo desecado. 

Los higos maduros tienen un 80 % de agua por lo que su valor calórico es bajo. En cambio, los higos desecados sólo poseen 30 % de agua por lo que su valor nutritivo se multiplica por 3.

Los higos secos deben almacenarse en un lugar seco, fresco y oscuro, preferiblemente en un frasco cerrado en el frigorífico donde puede durar hasta 6 meses. También pueden congelarse (en cuyo caso durarán hasta un año) pero probablemente al descongelarlos perderán muchas de sus propiedades.

El árbol que nos brinda este delicioso manjar es la higuera o Ficus carica (que simbolizaba la fertilidad para los antiguos pueblos y es nombrada en la Biblia como símbolo de paz y prosperidad) que puede llegar a medir hasta 10 metros y cuya maduración se produce entre julio y noviembre. Hay algunas variedades que no maduran sino hasta el final de la primavera y se denominan brevas (la diferencia es que éstas no son tan dulces).

Pertenecen a la familia de las moreras y florecen en climas cálidos y secos.

Existen casi 800 especies de higueras, siendo aproximadamente 300 las aptas para el consumo humano.

 

Breve Historia acerca del origen de los higos

Se cree que los higos se originaron en el Oriente próximo cerca del año 5000 A.C., sobre todo en Fenicia y Grecia, y desde allí fueron introducidos en Asia Menor y la zona Mediterránea.

En la Antigua Grecia y en India (donde se los mezclaba con leche) se consideraba a los higos como una fruta sagrada, siendo un símbolo del amor y la fertilidad.

Actualmente los principales productores son: Turquía, Egipto, Grecia, Marruecos y España, aunque también se producen en Brasil y Estados Unidos (sobre todo en la zona de California).

 

Variedades de higos

Existen numerosas variedades de higos y se diferencian principalmente por el color: hay higos blanco-amarillentos, colorados o pardo-azulados y negros (cuyo color va desde el púrpura hasta el negro).

Dentro del grupo de los higos blancos el más conocido es el italiano (variedad Kadota) que puede o no tener semillas.

Dentro de los colorados podemos nombrar al higo turco cuya pulpa es color rojo oscuro.

Los higos negros tienen la mayor cantidad de representantes: entre ellos podemos nombrar el Brown Turkey (que crece en Israel, Italia y California), la Sari Lob (procedente de Francia e Israel) y la Colar (cuyas brevas son muy apreciadas), entre otras.

También se pueden diferenciar por la forma de consumirlos: los higos que se consumen frescos tienen una piel delicada y pocas semillas. Los que se consumen desecados poseen una piel más gruesa y maduran más rápido.

 

Formas de consumir los higos

Por supuesto que la forma más habitual de consumo es comer directamente el fruto sin ninguna otra preparación, ya sea frescos o desecados.

Se pueden preparar higos en almíbar o mermelada de higos para acompañar el desayuno.

Pero también puede combinarse con otros ingredientes en preparaciones más o menos elaboradas.

Los higos saben muy bien combinados con hongos (como el shitake), hojas verdes (escarola, espinaca, berro), frutos secos (nueces, almendras), ajo y cebolletas, tofu y panes diversos.

Hay condimentos que acentúan su sabor como orégano, romero, cebollino, salvia, pimienta negra y hierbabuena.

Pero lo más tradicional es utilizarlos en la preparación de postres: macedonias, confituras, mermeladas, bizcochos y el célebre pan de higos de Almería (en cuya receta se lo combina con semillas de ajonjolí, almendras, hinojo, canela y clavo molido).

Se puede usar también para realzar salsas que acompañen al pollo, por ejemplo, combinándolo con ingredientes como ajo, cebollas, pimientos, champiñones y limón.

Se puede consumir en forma líquida ya sea como té de hojas de higuera o dejando los higos desecados toda la noche en agua y beberla a la mañana. 

Los higos secos pueden ser asados y molidos para utilizarlos como café, como saborizantes para el tabaco o para fabricar licores.

Actualmente los amantes de las novedades en materia culinaria han comenzado a utilizar los higos para preparar smoothies (batidos de frutas elaborados con leche vegetal).

Pueden incorporarse a la dieta de los niños a partir del año.

 

Propiedades de los higos

 

Se cree erróneamente que los higos, debido a su dulzura, tienen un alto valor calórico, pero esto no es así. Los azúcares que le dan su sabor son azúcares naturales como la fructosa, glucosa y sacarosa y su contenido en grasas y proteínas es escaso.

Lo que los hace especialmente valiosos para la salud es su alto contenido en minerales y fibras.

Los higos contienen potasio, calcio, magnesio, hierro, manganeso, cobre, fósforo, vitamina K (importante para los procesos de coagulación de la sangre), vitamina B6 y ácidos Omega 3 y Omega 6 (que son antioxidantes naturales).

Poseen 3 gramos de fibra (tanto soluble como insoluble) por cada 100 gramos de la fruta.

 

Beneficios para la salud

  1. Poseen alto valor energético y nutritivo: 2 o 3 higos a la mañana pueden hacernos iniciar el día con una dosis extra de energía, también están indicados antes de realizar actividad física. El médico griego Galeno les indicaba a los atletas que consumieran estos frutos para tener más energía.
  2. Por su alto contenido de fibra poseen un efecto laxante y ayudan a mantener la salud gastrointestinal (previniendo, de esa forma, el cáncer de colon). Por eso se los indica en casos de estreñimiento o tránsito intestinal lento. Y al ser fáciles de digerir mejoran la digestión aliviando cólicos y gastritis.
  3. Debido a la alta cantidad de calcio (35 mg/100 gr de fruta fresca y 162 mg en los higos desecados), magnesio (que ayuda a fijar el calcio) y fósforo contribuyen a la salud del sistema musculoesquelético.
  4. Sirven para controlar los niveles de colesterol y glucosa en sangre debido a la pectina, que es la principal fibra soluble presente en los higos. Por eso se recomienda a los diabéticos consumir este fruto.
  5. La presencia de Omega 3, Omega 6 y potasio (que posee un efecto diurético) los hacen altamente recomendables para problemas cardiovasculares como la hipertensión (o presión alta) o la posibilidad de alteraciones que lleven a un infarto de miocardio.
  6. Ayudan a prevenir la degeneración macular, afección grave que suele afectar a personas mayores de 60 años y puede desembocar en la pérdida de la visión central.
  7. Poseen un compuesto denominado psoraleno que se puede usar en forma tópica sobre la piel para ayudar en el tratamiento de los eczemas y la psoriasis.
  8. Los antiguos griegos creían que los higos mejoraban la fertilidad debido a su contenido de zinc, magnesio y hierro y también prevenían los desequilibrios hormonales.
  9. Puede contribuir a la pérdida de peso por varios factores: sus azúcares naturales pueden reemplazar otras comidas dulces con azúcares procesados, el contenido de fibra controla el tránsito intestinal y además posee una alta capacidad de provocar saciedad, lo que hace que disminuya la ingesta de otras comidas. Por supuesto esto debe estar acompañado de una dieta saludable y ejercicio adecuado, por lo que siempre se debe consultar a un médico.
  10. Ayudan a prevenir el envejecimiento prematuro y mantener saludables los órganos y sistemas gracias a su contenido de antioxidantes como el Omega 3 y Omega 6.
  11. Reparan las mucosas: gracias a su contenido de provitamina A que se transforma dentro del organismo en vitamina A. Esta sustancia ayuda a prevenir las infecciones, restaura las mucosas (boca, labios, mucosa gástrica e intestinal) y mejora el estado de la piel y los huesos.
  12. Se cree que una infusión de 30 gramos de hojas de higuera en un litro de agua puede calmar la tos, ayudar con las menstruaciones dolorosas (o dismenorrea) y mejorar la circulación.
  13. En cuanto a indicaciones sin estudios científicos que las avalen se cree que la leche de los higos verdes sirve para eliminar las verrugas y que, si se aplica la carne prensada del higo sobre las encías, puede calmarse el dolor dental u odontalgia.

 

Precauciones para tener en cuenta

  1. El consumo exagerado puede provocar acidez de estómago (pirosis).
  2. Si se comen en exceso pueden producir diarrea, debido a su efecto laxante.
  3. No suele causar alergias, pero, como con cualquier otro alimento, es prudente consumir poca cantidad la primera vez.
  4. Consumir con cuidado si se padece de gota, ya que los higos contienen ácido oxálico

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