Hoy traemos la entrevista a Enrique Pascual, Ribereño de Fuentelcésped (Burgos), de la cosecha de 1963. Enrique Pascual ha sido reelegido hace exactamente un mes como presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero, de cuyo pleno forma parte como representante de los bodegueros, con el objetivo ahora de conquistar cada rincón del mercado nacional del vino.

Un cargo que no le resulta extraño, como asegura en una entrevista con Efe, puesto que ya lo ha desempeñado durante los últimos ocho años y desde el que, subraya, trabajará junto a los otros nueve integrantes del pleno del ente gestor para que «la Ribera del Duero sea cada vez más grande y más importante».

Enrique Pascual: «A Ribera aún le queda por hacer en el mercado nacional»

Su elección para la presidencia por unanimidad después de una campaña electoral más bronca de lo habitual es toda una declaración de intenciones y una apuesta por que el consenso prevalezca en las decisiones que se adopten. Reconoce que el sector elaborador tiene una mayoría holgada, pero advierte de que «aquí no se trata de arrasar, de apisonar, sino de hacer las cosas entre todos», por lo que aboga por «trabajar conjuntamente y en la buena línea». De momento, su toma de posesión casi ha coincidido en el tiempo con la publicación del balance del ejercicio 2021. Un cómputo que ha arrojado un excepcional resultado para la Denominación de Origen Ribera del Duero que, en términos de comercialización, ha batido su propio récord con más de cien millones de contraetiquetas distribuidas en los últimos 12 meses.

Entrevista a Enrique Pascual

Unos datos que para Pascual no tienen que llamar a relajarse, sino todo lo contrario, a seguir trabajando por hacer esta Denominación de Origen más grande. En este sentido, apunta que no hay que dar ningún mercado por ganado. «Creo que al mercado nacional aún le queda por hacer. No hemos cubierto todo. En el mercado nacional aún nos quedan posibilidades y en el internacional, por supuesto, nos queda mucho», asevera. Resalta, además, la puesta en marcha de un nuevo sistema de trabajo para favorecer la promoción en el extranjero y la exportación de vino, implicando a directores comerciales de bodegas ribereñas para, junto al equipo de promoción de Ribera del Duero, se gane presencia fuera de las fronteras nacionales.

Reconoce que si ahora hay un excedente de vino en las bodegas, es resultado de las circunstancias excepcionales vividas durante la pandemia del coronavirus y las dificultades que hubo para ponerlo en el mercado. Sin embargo, está seguro de que poco a poco se le irá dando salida, contando con el aval de una marca de gran fortaleza como es Ribera del Duero. Sin querer entrar en demasiados detalles, Pascual indica que durante los próximos cinco años se seguirá la línea marcada anteriormente, perfeccionando algunas de las iniciativas que ya se han puesto en marcha, definiendo nuevos proyectos y abiertos a incorporar cualquier buena idea.

Polémicas sobre el viñedo

Uno de los temas que más polémica está despertando es la ampliación de la superficie de viñedo. El presidente ribereño reconoce que nadie tiene una varita mágica para saber cuál es la solución, por lo que se muestra dispuesto a escuchar todos los pareceres y propiciar acercamientos. También incidirán en intentar reducir al máximo la burocracia a la que tienen que enfrentarse constantemente los miembros de Ribera del Duero, algo que «no es nuevo» y en lo que ya se ha estado trabajando.

«Repetimos papeles y papeles en una situación absurda que no llega a ninguna parte», lamenta el bodeguero, reconociendo que en estos momentos, en que Castilla y León está inmersa en un proceso electoral autonómico tal vez no sea el mejor momento para plantear este tipo de cuestiones. Del mandato anterior no se olvida de la modificación del reglamento de Ribera del Duero para contemplar los vinos blancos elaborados con la variedad albillo mayor: «La respuesta ha sido excelente, brutal. El albillo era una variedad marginada, prácticamente olvidada, estigmatizada y pensamos que tenía potencial y por eso luchamos por ello», subraya.

Aunque ahora mismo su salida al mercado está condicionada por la escasa superficie de esta variedad, considera que es algo que se va a solucionar «en breve» pues se está incorporando superficie de viñedo blanco: «El albillo nos va a dar bastantes alegrías y nos va a complementar muy bien el resto de los vinos», augura.

 

Entrevista a Enrique Pascual, 17 ene (EFEAGRO) Roa de Duero (Burgos).

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