La región de la Axarquía y la costa de Granada, principales productoras de mango en España, se encuentran inmersas en una dura batalla contra una sequía implacable. Ésta urgencia climática ha asolado su territorio durante los últimos meses. Aunque esto no es inusual en esta zona del este de Andalucía, ha alcanzado niveles de intensidad sin precedentes este año. Productores locales afirman que una sequía de esta magnitud no se había experimentado en al menos dos décadas. Pero el incesante sol abrasador y las olas de calor no son los únicos desafíos que han asediado a esta región.

La crisis climática es la principal responsable de la situación del mango español

Los estragos de esta climatología extrema han sido particularmente perjudiciales para el cultivo del mango, generando un estrés abiótico en los árboles que ha culminado en la dolorosa caída prematura de la fruta. Esta inesperada desgracia ha tenido un doble efecto en los mangos que han logrado resistir en las ramas. Por un lado, estos frutos han adquirido un calibre mayor, un fenómeno que pese a su positiva repercusión no logra compensar el sombrío panorama. La producción se vislumbra exiguamente menguada, con la insuficiencia de recursos frutales para respaldarla.

Se adelanta la temporada de mango en Málaga

Álvaro Martínez, al frente de Axarfruit, ha señalado que la temporada se ha adelantado de forma sorprendente, casi un mes por delante de lo habitual. No obstante, en medio de las adversidades, no todo es desolador. «Nuestros mangos lucen este año con un calibre y una apariencia excelentes, a diferencia de la cosecha pasada, cuando las frutas eran notoriamente más pequeñas», afirma Martínez, tratando de encontrar un destello de esperanza en esta crítica situación.

Sigfrido Molina, CEO de Sigfrido Fruit, se encuentra entre los productores malagueños que han sido golpeados por esta catástrofe climática. «Hemos tenido que adelantar nuestra temporada más de una semana y, lamentablemente, estaremos concluyendo mucho antes de lo previsto debido a la menguada cantidad de fruta disponible», lamenta Molina, mientras enfrenta las complejidades que esta temporada anómala ha presentado.

Baja la producción un 80% y se buscan países productores alternativos como Brasil

Marta Gavilán, responsable del aprovisionamiento de tropicales en La Unión (Taramay Frutas), comparte una perspectiva similar. «La maduración de la fruta se ha adelantado de forma drástica, alcanzando rápidamente los niveles deseados de azúcar», relata Gavilán. Sin embargo, este precipitado adelanto no ha traído consigo buenas noticias. Se teme una disminución drástica en la cosecha, con estimaciones que apuntan a una reducción del 80%. Ante este panorama desafiante, La Unión ha tenido que emitir una advertencia a sus clientes: no podrán satisfacer la demanda y se ven en la necesidad de recurrir a países como Brasil en busca de alternativas.

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