Quizá sea por su carácter mediterráneo, por costumbre o simplemente porque tiende a llevar una dieta más sana y equilibrada que la que llevan el resto de ciudadanos europeos, pero el caso es que al consumidor español le gusta el pescado y el marisco; tanto es así que España duplica la media mundial de consumo per cápita de este tipo de productos. Eso al menos es lo que se desprende de las últimas estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, que señalan que los españoles consumen más de 42 kilos de pescado y marisco por habitante y año.

Mientras que la media mundial de consumo de productos del mar se sitúa en los 18,9 kilos per cápita al año, los españoles duplican de manera sobrada esa cifra con sus 42,4 kilos por habitante al año. Aún así, al examinar las estadísticas actuales y pasadas se advierte que durante los últimos años ha descendido de manera notable el consumo de pescado y marisco en el mercado nacional.

Crisis y consumo

Desde el 2013 y hasta ahora el consumo de pescado y marisco ha experimentado un descenso considerable en España. En concreto, el consumidor español compra casi dos kilos menos (1,7) de pescado y marisco al año si se comparan las cifras actuales con las que dejaban las estadísticas hace escasos cuatro años. Sin embargo, este dato contrasta con el que indica que la frecuencia de compra de estos productos es elevada; tanto es así que el 90% del panel encuestado señala que come pescado una vez a la semana, mientras que el 70% afirma que lo consume al menos dos veces.

Las razones que esgrime el Consejo de Productos del Mar de Noruega (NORGE), y que justificarían este descenso del consumo per cápita en España durante los últimos años, están relacionadas con el contexto de crisis económica. Esta institución apunta a la idea de una reducción considerable en las cantidades ingeridas por los españoles en lo que se refiere a pescado y marisco.

La falta de conciliación de vida familiar y laboral con el consecuente descenso del tiempo dedicado a realizar la compra y cocinar, así como el resto de cambios que viene sufriendo la sociedad española tiene como consecuencia, según NORGE, un descenso del consumo de pescados y mariscos en forma de entrantes y tapas.

Protagonismo del salmón

El estudio elaborado por NORGE también habla de un ascenso en el consumo de salmón en detrimento de otro tipo de pescados como la merluza o el bacalao, tan apreciado en la cultura gastronómica española; el rey del mar noruego  ha aumentado su protagonismo en las mesas españolas desde el año 2012, cuando se consumían 50.000 toneladas de este pescado. El pasado año esa cifra ascendió hasta alcanzar las 65.000 toneladas.

La explicación a estos cambios se encontraría de nuevo en la reducción de los tiempos para hacer la compra y cocinar, pero también en la crisis económica. Así, uno de cada tres encuestados afirma que consume más salmón debido a la sencillez de su preparación, mientras que el 45% del panel confiesa que no sabe cómo se cocina el bacalao. A ello NORGE añade que los consumidores con menos poder adquisitivo consumen pescado con una menor frecuencia, y así lo demuestran las cifras: entre los años 2012 y 2015, los hogares con ingresos menores a los 18.499 euros anuales que consumían pescado de manera frecuente pasaron de ser el 53% a ser el 49%.

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