El mercado actual está en constante evolución, cada vez los productos son reemplazados, mejorados de manera más rápida, o salen nuevos productos con mayores características, lo cual conlleva a que cada producto que oferta la empresa conste de una vida definida desde su lanzamiento hasta su retirada del mercado, pasando por etapas distintas y teniendo variaciones en sus ventas. 

¿Qué es el ciclo de vida de un producto?

 El ciclo de vida de un producto, en marketing, hace referencia a la progresión de un producto a través del análisis de cuatro fases por las que pasa el producto o servicio, desde el momento de su incursión en el mercado hasta el momento en el que es retirado del mismo.

Este concepto de ciclo de vida, surge de la analogía de evolución de los seres vivos y la de los productos, dividida en distintas fases, ya que ambos siguen esta ruta de nacimiento, crecimiento, evolución y muerte. Algo similar se refiere a un producto, pero su evolución es sufrida por las ventas que tiene ese producto durante el tiempo que éste permanece en el mercado. Este ciclo de vida suele estar dividida en cuatro partes o etapas.

Fases o etapas de vida de un producto

Identificar los factores que intervienen en la evolución y en la demanda de un producto, así como determinar la duración de cada una de las fases, es el punto clave decisivo para la empresa que quiere adaptar los futuros productos a las necesidades de los consumidores.

El ciclo de vida de un producto consta de cuatro etapas, estas son: introducción, crecimiento, madurez y declive.

Etapa 1: Introducción del producto en el mercado

En esta etapa de introducción, después de que la empresa haya realizado su plan de marketing, el producto es lanzado al mercado, esta etapa conlleva bastante riesgo e incertidumbre, además de que es la etapa que conlleva mayor coste debido a que debe competir en el mercado con demás competidores, además de la inversión en campañas de comunicación y acciones de marketing promocional.

Normalmente es esta etapa la demanda es más baja que la oferta, puesto que las compras provienen de consumidores innovadores, también denominados early adopters, que son los que aceptan mayores riesgos en sus compras debido a que les entusiasma la novedad. Lo primordial en esta etapa es estudiar la aceptación del producto, el trabajo en el posicionamiento del mismo e investigar la respuesta de los consumidores.

Etapa 2: Crecimiento del producto

En esta etapa, las ventas incrementan, y el producto se posiciona en el segmento definido, debido al interés que se ha generado en el cliente si la primera etapa ha cumplido los objetivos de promoción e investigación de la respuesta del consumidor. Los beneficios de las ventas empiezan a crecer y el producto sigue necesitando bastante apoyo para mantenerse, debido a el posible incremento en competidores. Lo más importante a tener en cuenta y llevar a cabo en esta etapa es reforzar el posicionamiento y adaptación del producto para abastecer la demanda creciente.

Etapa 3: Madurez del producto

En esta etapa el crecimiento de las ventas se ralentiza y se asienta, debido a que el producto ha alcanzado la  cima de la cuota de mercado, y esta etapa suele tener una duración mucho más larga que el resto, las ventas siguen en aumento pero a un ritmo más lento, luego se estabilizan hasta llegar al punto en el que se detienen.

En esta etapa y llegado el punto de estabilización de la venta, hay que encontrar una oferta diferenciada del producto, para poder anticiparse a la detención de la venta del producto, buscando propuestas e innovaciones para hacer el producto atractivo y que llame la atención nuevamente, para poder sostener las ventas.

Etapa 4: Declive del producto

Esta es la etapa a la que ninguna empresa desea que su producto llegue, por que significa la llegada de la última etapa del ciclo de vida de un producto. Las ventas han decaído casi en su totalidad, esto puede deberse a la incursión en el mercado de algún producto mejor, de que el boom de este producto haya pasado de moda, la obsolescencia o que simplemente, la tercera etapa de vida del producto no estuvo bien gestionada.

En esta etapa las demanda es muy baja o nula. Los beneficios pueden convertirse en pérdidas en todo caso, por lo que el producto puede dejar de ser rentable si no se tomas las medidas necesarias.

La clave de gestión en esta etapa es minimizar en mayor parte la inversión en el producto, y realizar la planificación de acciones donde se tengan en cuenta distintas opciones cómo: reemplazar el producto, modificarlo de alguna manera para poder insertarlo nuevamente en el mercado con la mejora.

Cabe recalcar que cada producto tiene un ciclo de vida diferenciado, y que mucho tiene que ver la manera en que la promoción y la gestión de posicionamiento ha sido llevada a cabo para tener éxito o no, en la vida del producto.

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