Estos días se ha celebrado el 20º Congreso AECOC de Salud, teniendo como protagonista la cadena de suministro sanitaria, y principalmente, como ha afectado la COVID-19 a esta. Miguel Martínez, director de estrategia de IQVIA Spain, ha enfatizado sobre el importante desafío que tendrán que afrontar para asegurar que la vacuna, una vez que esté, llegue a toda la población. Ha asegurado que “teniendo en cuenta que en Europa tenemos a un 40% de la población considerada de alto riesgo, la preparación de la cadena para el suministro masivo de la vacuna una vez esté disponible pasa a ser igual de importante que su propio desarrollo”.

Según las promesas de las empresas que se sitúan como principales proveedoras de la vacuna, sitúan la producción en unos 100 millones de dosis para este año, esperando alcanzar los 700 millones de dosis en total. A raíz de esto, Miguel Martínez opina que “no solo habrá un contexto de mucha más demanda que oferta, sino que habrá que crear sistemas para hacer llegar las vacunas a las personas de riesgo, y no solo en las grandes ciudades, sino a todos los puntos del país”.

Muchas dificultades se les presentan a las distribuidoras de las vacunas, para empezar la logística será un reto al que tendrán que enfrentarse. Sin embargo, no será el único, un desafío igual de importante será la gestión del stock. Las vacunas tienen características, y estas son muy diferentes entre cada una de ellas, por lo que requieren de un trato individualizado. Por ejemplo, la vacuna desarrollada por Pfizer, para su conservación requiere de temperaturas por debajo de los -70º. “Además de la limitada capacidad de fabricación que tendremos ante una demanda masiva, existen complejidades como la falta de espacios adecuados para las cargas criogénicas, la misma falta de camiones criogénicos para su transporte, la escasez de personal para la administración de las vacunas y las complejidades propias que supone el distanciamiento social para el sistema”.

FORTALEZA DE LA CADENA

Tomando como referencia el ejemplo de lo que sucedió al inicio de la pandemia, donde las cadenas de suministro se caracterizaron por no tener capacidad de abastecer la gran cantidad de demanda que se generaba, piensan hacer cambios. Para evitar esta situación se está produciendo una reconfiguración de la cadena de suministro sanitaria.

Según la consultora McKinsey & Company, la gran mayoría de empresas del sector, concretamente un 93% de ellas, están llevando a cabo tácticas para fortalecerse ante situaciones de tensión de la demanda, todo bajo tres claves: disponer del doble de proveedores; aumento de stock de productos críticos, entre ellos los relacionados con la COVID; y tratando de acercar los centros de suministros, de países habituales como China e India hacia Europa.

Con esta idea, las empresas del sector han avanzado en la digitalización de los procesos, con el fin de mejorar la previsión y adelantarse a las situaciones. Según la consultora, “más del 50% de las empresas del sector ya acuden al canal digital para sus procesos de compra, y están implementando estrategias de recopilación de datos para poder prever su aprovisionamiento y acelerar la cadena de suministro”.

MODIFICACIÓN EN FARMACIAS

No solo se ha explicado la situación y como se están adaptando a ella las cadenas de suministro ante la llegada de la vacuna, también se ha profundizado sobre el escenario de las farmacias. En primer lugar, se ha aclarado que no se prevén aumentos tan intensos de la demanda, como los vividos al principio. Aunque ante otras medidas mas estrictas que las actuales, no se descarta este aumento.

Finalmente, se ha estudiado la variación que ha provocado la crisis sanitaría a los productos farmacéuticos. En este estudio, se puede destacar el aumento de productos relacionados con la higiene, como mascarillas y geles hidroalcohólicos, además de productos que previenen y alivian síntomas relacionados con la COVID. Por otro lado, productos no esenciales, como fragancias, anticonceptivos o productos de belleza, han sufrido una bajada de demanda.