Cuando tenemos una idea para emprender en un nuevo negocio, seguro que tenemos decididos también cuáles serán los pilares principales en los que se basará: qué haremos, a quién lo enfocaremos, cómo lo llevaremos a cabo y por qué ese servicio o producto y no otro. Aunque esta idea debe estar reflexionada lo suficiente como para lanzarnos a la aventura, tenemos que pensar que la organización de todos los aspectos tiene que estar perfectamente clara y decidida: por eso debemos crear un plan de negocio. 

¿QUÉ ES UN PLAN DE NEGOCIO?

Pongamos un ejemplo: cuando en el colegio teníamos que hacer un trabajo sobre ciencias, primero hacíamos un esquema para asegurarnos de que todo lo que queríamos incluir lo teníamos en mente. En lo mismo se basa un plan de negocio. 

Un plan de negocio es un informe escrito (esquematizado o no) en el que se recogen todos los factores a tener en cuenta para dirigir, fundar y llevar tu empresa a lo más alto. Bien sea para mejorar nuestras cifras, para una expansión mercantil o para convencer a nuevos futuros inversores, debemos tener nuestro plan de negocio a mano, así lo podremos consultar en cualquier momento (sin olvidar que también podremos hacer modificaciones en un futuro, cuando lo creamos necesario). 

Nuestro plan, ya redactado y completo, debe de estar enfocado de manera exacta, objetiva y concisa. No olvides que estás dando un valor a tu empresa, y lo tienes que demostrar en este plan: véndete, presume de tus logros, argumenta tus objetivos y personalízalo con la filosofía de la empresa. Aprovecha la oportunidad tanto de organizarte mejor como de que a otros les interese lo que ofreces.

 

Un plan de negocio no debe ser muy largo, ya que debe resumir en pocas páginas los cimientos de tu proyecto. Lo que sí debe de ser es un esquema muy bien estructurado, para así no crear confusión con ninguna de las partes. 

 

PORTADA E ÍNDICE

Cualquier cosa de trabajo que te imagines tiene una carta de presentación. Entendamos esto como una portada que nos abra los ojos, que nos atraiga para seguir leyéndolo. En un plan de negocio, lo estructuramos en una portada (atractiva visualmente y explícita) y un índice (donde están enumerados todos los puntos que podremos encontrar en el dossier. De esta manera, el interesado o tú mismo sabréis a qué página acudir para resolver vuestra consulta. Lo visual en una empresa debe entenderse como algo esencial, ya que cualquier cosa tiene que entrarte por los ojos para que te apetezca acercarse e informarte sobre ello. 

 

OBJETIVOS Y CARACTERÍSTICAS

Este apartado es uno de los más importantes, porque nos estamos refiriendo a la situación actual de la empresa, incluyendo no solo los datos obtenidos y generados sino también cuáles son tus expectativas de futuro. Hay que resumir todos estos puntos que, aunque puedan parecer fijos, deben de estar disponibles para ser corregidos o modificados por cualquier circunstancia. 

Un análisis DAFO también tiene que ser redactado, el cual también va relacionado a la situación actual de la empresa. Un análisis DAFO es, según sus siglas, las debilidades, las amenazas, las fortalezas y las oportunidades a las que se enfrenta tu negocio. Estas definirán tanto tu presente como tu posible futuro. La clave de este punto es ser totalmente sincero. Si eres sincero y elogias tus puntos fuertes, debes tener autocrítica e incluir tus puntos débiles con el simple objetivo de hacerlos más fuertes en el futuro.

Las características generales de tu empresa también son importantes y deben estar incluidas. Aunque tu tengas unos objetivos fijados, el que lea el informe tiene que ponerse en el contexto de las infraestructuras, los recursos humanos disponibles, el target (a quién va dirigido tu servicio), el capital disponible y un extenso etcétera de factores que condicionan el trabajo diario. 

 

ESTABILIDAD FINANCIERA: PRESUPUESTOS E INGRESOS

Un balance general de tu situación económica laboral es importante para poder barajar nuevas opciones de estrategias. Al tener un estudio real actual, podremos empezar a crear nuevos presupuestos para el futuro. Sin conocer exactamente la realidad sobre cuánto dinero disponemos para avanzar, no podremos desarrollar y explotar el negocio al máximo. 

No hay que olvidar que no solo hay que tener en cuenta el dinero que entra a modo de ingresos y beneficios, sino que también el dinero que sale (préstamos bancarios, sueldos, proveedores, infraestructuras y costes de producción, entre otros). El total entre ingresos y pagos realizados debe de ser no sólo positivo sino bastante alejado del margen para poder proponer nuevos planes de acción. Sin dinero, por suerte o por desgracia, no podemos avanzar en el mundo mercantil. 

 

ESTRATEGIAS Y PLANES DE ACCIÓN

Nuestra empresa tiene que estar preparada para evolucionar. Esto parece bastante evidente, ya que nuestro objetivo principal debería ser – en este orden -: abrirnos un hueco en el mercado, nos damos a conocer, mantenemos nuestras ventas, y conseguimos una evolución constante. 

Sin embargo, aunque nuestra voluntad sea que todo vaya como la seda, puede haber inconvenientes en el futuro que nos hagan retroceder un poco. Por esto es importante contar con un Plan de Contingencia. ¿Qué haríamos cuando pase algo malo? Necesitamos tener un listado de posibles soluciones para posibles problemas. De este modo, no será tan grave el problema, ya que estaremos preparados para afrontarlo y superarlo. 

Nuestras estrategias de producción deben estar bien estructuradas: serán procesos que seguiremos día sí y día también para el correcto funcionamiento y desarrollo de nuestro producto en el mercado. No solo necesitamos maquinaria, sino también proveedores, recursos humanos de logística y un servicio de venta y otro de reparto. Si no existiera este plan, sería un caos. 

El marketing y la publicidad son imprescindibles en estos tiempos que corren: todo se mueve en el campo empresarial por anuncios (en redes sociales mayoritariamente) y estrategias de marketing innovadoras. Un ejemplo sería la campaña publicitaria que realizó Nescafé colocando máquinas de café (con café gratuito para el consumidor) en la calle. Consistió en que dos personas tendrían que darle a la vez a las máquinas, lo que provocó un gran interés en la gente. El marketing viral es lo que nos puede catapultar al beneficio. 

Por último, pero no por eso menos importante, debemos tener un plan financiero. De hecho, me atrevería a decir que es uno de los planes más importantes para así no llegar a tener problemas de deuda. No solo debe incluir información sobre tus préstamos, ingresos y ventas, sino también un análisis competitivo: tu competencia en el mercado puede hacer que tu estabilidad financiera cambie. Al tenerlos bien estudiados, podemos minimizar este riesgo.  El futuro económico debe de estar planeado al detalle, ya que así podremos ser totalmente realistas con lo que podemos conseguir. 

 

La rentabilidad de tu negocio no puede estar sometida a posibles cambios e imprevistos, sino que tiene que haber un control constante y detallado de todo lo que pase en cada momento. Por este motivo, es tan importante tenerlo redactado de manera apropiada, y preparado visualmente para que cualquier persona, ajena o no a la empresa, pueda acceder a él y entender por qué trabajas así, con qué objetivo y cuáles son tus expectativas de futuro. 

 

 

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