Una de las terapias más utilizadas para combatir la tristeza es comprar. No sólo lo vemos en series y películas estadounidenses, sino que ocurre en la realidad y en todas partes. Sin embargo, la relación entre estar triste y comprar no es estrictamente directa, ya que la felicidad también tiene algo que ver en esa relación.

Diversos estudios demuestran que cuando estamos relajados y felices, estamos dispuestos a pagar incluso más por los productos y servicios. En concreto, los usuarios estarían dispuestos a pagar hasta un 12% extra.

Los números dan la razón

Hay momentos en los que es imposible que se cumpla la relación entre estar triste y aumentar las compras. Por ejemplo, en los momentos más duros de una crisis económica difícilmente van a aumentar las compras, a pesar de que el sentimiento de tristeza y pesimismo es bastante generalizado. No es posible aumentar las compras si no hay dinero para ello. Sin embargo, una vez se empiezan a ver los signos de recuperación, la mentalidad de los consumidores cambia casi de inmediato. El optimismo y las buenas expectativas hacen que las compras aumenten.

El gasto de las familias en Navidad ha crecido un 15% desde 2014

Según los números ofrecidos por el Observatorio Cetelem sobre el consumo navideño, se puede conocer que el gasto de las familias en Navidad ha crecido un 15% desde 2014. Además, hasta un 60% de los españoles señala que su presupuesto para el período navideño sería mayor que el año anterior.

La felicidad, una variable que hace que los países gasten más

Parece una frase de cuento, pero tiene gran parte de certeza. Dinamarca se sitúa entre los países más felices del mundo. Según la ONU, este país invertiría más que en los últimos 10 años en las compras navideñas. Por otro lado, se está empezando a hablar de una «carrera de gasto» gracias a las positivas expectativas y a las consecuencias de la relación entre la felicidad y el incremento en las compras.