Si hace unos meses el precio de los productos estaba marcado por las heladas, el pedrisco o los periodos cortos de lluvias fuertes, ahora es la sequía la que está afectando de lleno al sector agroalimentario. Esto se refleja en el precio de productos como frutas o verduras. Por ejemplo, el precio de las legumbres y las hortalizas frescas ha subido en marzo un 27,8 % si se compara con el mismo periodo del año anterior. Y un 5,7 % con respecto al mes pasado.

En el caso de la fruta fresca ha tenido un aumento anual del 5,6 %, pese a que se ha producido un pequeño descenso del precio de un 0,1 % con respecto a febrero.

Andrés Góngora, portavoz de COAG, ha señalado que la subida de precios es la única alternativa que maneja el sector primario, en concreto el hortofrutícola, para hacer frente a todas las adversidades a las que se están enfrentando los productores.

La falta de lluvia tiene en alerta a los agricultores. Desde Cataluña, por ejemplo, han hecho hincapié en que puede no haber cultivos para verano debido a la falta de agua. Una situación que se repite también en Andalucía donde «no va a haber producto» si se mantiene una primavera seca, tal y como han avisado desde la cooperativa San Sebastián, en Lora del Río (Sevilla).

Mercedes Oliver, del departamento técnico de la cooperativa, ha dicho que la fruta de hueso es un claro ejemplo de la situación por la que está atravesando el campo debido a la sequía ya que ha habido un descenso de su producción.

Desde COAG sostienen que la única solución viable es la «reconversión» hacia una subida de los precios

También se ha producido una bajada en la producción de cítricos. Precisamente, en este asunto desde COAG han comentado que, debido a las condiciones climáticas, algunos productores ya han barajado la idea de «abandonar» este cultivo debido a su poca rentabilidad. Como ya pasó en su momento con la judía verde.

Para Góngora la única solución viable para el sector es la «reconversión» hacia una subida de los precios. Ya que, sin ella, los productores no pueden sostener el aumento de los costes de producción sin repercutirlo en los sueldos de los trabajadores.

Góngora apunta que se presenta un futuro «muy difícil» y, en última instancia, van a ser los consumidores los que se vean obligados a «pagar más» por las frutas y las verduras. Esto debido a la ausencia de medidas paliativas para poner freno a factores como la sequía.

En cuanto al tema de la sequía, Emilio Camacho, investigador adscrito al Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario (ceiA3), ha dicho que se puede paliar los efectos que esta provoca con el uso de «las nuevas tecnologías y el seguimiento a través de imágenes». Aunque avisa que producir en zonas como la cuenca del Guadalquivir es ya muy complicado debido a una falta completa de agua.

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