El apio (Apium graveolens) pertenece a la familia de las apiáceas, a la que también pertenecen el eneldo, el cilantro, la zanahoria, el hinojo y el perejil.

Es una planta herbácea y consta de un tallo hueco, acanalado, cilíndrico y ramificado del que brotan las hojas grandes con pecíolos largos, suculentos y carnosos llamados pencas.

El tallo puede alcanzar de 30 cm a 1 m de altura.

El apio salvaje crece muy bien en zonas pantanosas.

Al segundo año del cultivo brotan las flores que son blancas o moradas. Los frutos son pequeños, marrones, redondeados y aplastados y se los considera como semillas.

Tiene un sabor amargo y aroma fuerte, por lo que también se lo utiliza como aromatizante. De todas formas, el blanqueo de los tallos en el cultivo hace que su sabor se torne más dulce.

Se puede ingerir crudo, cocido o en jugo.

Los mayores productores de apio son: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Italia, España e Israel.

 

Historia del apio

 

Su cultivo comenzó en la zona del Mediterráneo en tiempos muy antiguos (850 años A.C.).

De todas formas, se han hallado especies silvestres de apio en zonas tan variadas como el sur de Suecia, las Islas Británicas, Egipto, Argelia, India, China y Nueva Zelanda.

Se han encontrado guirnaldas tejidas con apio en tumbas egipcias.

En Grecia se la consideraba una planta sagrada y la usaban como guirnalda los ganadores de los juegos de Nemea, que se llevaban a cabo cada 2 años a partir del año 573 A.C. en esta pequeña ciudad al sur de Grecia.

Hipócrates, célebre médico griego, lo indicaba como diurético.

En el 1800 se comenzó a cultivar en Inglaterra en terrenos húmedos y fríos.

Al ser difícil de cultivar y obtenerlo era muy apreciado por las clases altas de la era victoriana.

Existían muchas variedades (amarillo, rojo, rayados y con hojas de diferente forma) pero los más buscados eran los blancos por lo que, los agricultores los tapaban para que, al no recibir luz solar, no se desarrollara la clorofila.

Desde 1830 al 1900 no era una comida tan popular, sino que estaba reservada para los sibaritas.

En el Titanic sólo se servía en primera clase y era considerado un lujo.

En 1843 Charles Dickens, en su libro “Vida y aventuras de Martin Chuzzlewit”, describe como el personaje degusta un snack de apio y queso en un pub.

Hacia finales del siglo XIX ya era muy conocido en Estados Unidos. Se empezó a cultivar en la ciudad de Kalamazoo a la que se llamó la “ciudad del apio”.

En 1865 un hotel de lujo en Boston tenía como atracción en su menú, ensalada de apio, sólo o aderezado.

En 1868 un fabricante de gaseosas, la compañía Dr. Brown, ideó una bebida gasificada con azúcar y semillas de apio, a la que llamó “Celery tonic”. Estaba destinada, sobre todo, a los hijos de las familias judías que vivían en Nueva York.

En 1895 el diario New York Times recomendó, para el Día de Acción de Gracias, una receta de mayonesa de apio que consistía en dados de apio cubiertos de mayonesa y decorados con tallos de apio.

 

Variedades de apio

 

Según el uso que se le da los apios se diferencian en:

  • Apio para cortar: cuando se utilizan sus hojas aromáticas.
  • Apio de pencas: del cual existen variedades verdes y blancas o auto blanqueantes.

Según la parte de la planta que se use:

  • Apio de hoja o de corte: variedad Secalinum, ya que sus hojas son más aromáticas.
  • Apio de tallo o de pencas: variedad dulce.
  • Apio nabo: del cual se utiliza la raíz y es de la variedad Rapaceum.

 

Componentes del apio

 

Tiene un alto porcentaje de agua (95 %) con escaso valor calórico (16 Kcal cada 100 gramos).

Contiene fibra, proteínas vegetales como la arginina (aminoácido esencial), flavonoides (que actúan como antioxidantes), vitaminas (A, B1, B2, B3, B6 y C), minerales (sodio, potasio, hierro, fósforo, calcio, selenio y magnesio), aceites esenciales (limoneno y selineno) y el aceite de las semillas contiene ftálidos.

No contiene colesterol ni grasas.

2 tallos de apio suministran el 15 % de las necesidades diarias de vitamina A y vitamina C.

Es común creer que el apio es de difícil digestión, pero esto no es real.

 

Beneficios para la salud del apio

 

El apio se ha utilizado por sus propiedades medicinales desde la antigüedad.

1-    Actúa como diurético

Por su contenido en potasio y en apiol (aceite esencial) es un excelente diurético. El mayor efecto diurético se halla en las semillas de apio por lo que se recomienda cocerlas y tomar su jugo.

2-    Ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares

Gracias a su contenido en apigenina (que es un flavonoide natural con propiedades antiinflamatorias y antiinflamatorias) ayuda a evitar la formación de placas ateromatosas, lo que provoca oclusión de las arterias cuya consecuencia pueden ser infartos de miocardio.

El jugo de apio neutraliza el exceso de radicales libres, responsables de la oxidación que daña las células.

También contribuye a disminuir la presión arterial por sus efectos diuréticos y se puede usar la sal de apio en reemplazo de la sal común.

Para la hipertensión se recomienda una tisana con apio (tallos y hojas), espino blanco, valeriana y anís estrellado. Se colocan 2 cucharadas de la mezcla en medio litro de agua, se hierve 2 minutos y se deja reposar y se cuela.

3-    Es protector del hígado

Este efecto se ve sobre todo en pacientes con hígado graso no alcohólico.

4-    Ayuda a prevenir la gota

Tiene la capacidad de inhibir a la enzima xantino oxidasa que es responsable de la producción de ácido úrico, cuyo exceso puede provocar gota. También su efecto diurético ayuda a eliminar el exceso de ácido úrico en el organismo y evitar la formación de cálculos de esta sustancia.

5-    Ayuda al tratamiento de la artritis

El extracto de semillas de apio posee un efecto antiinflamatorio que se ha comparado con el de la aspirina, el ibuprofeno y el naproxeno, pero sin sus efectos irritantes de la mucosa gástrica. Reduce no solo la inflamación sino también el dolor asociado a esta afección.

6-    Disminuye los niveles de glucosa en sangre

El jugo de apio disminuye la cantidad de glucosa en sangre (glucemia) tanto antes como después de las comidas en adultos prediabéticos. Varios estudios han demostrado que la apigenina actúa como un agente anti hiperglucémico.

7-    Ayuda a mantener la salud del cerebro

Un estudio que se realizó en Tailandia demostró que el apio tiene un efecto neuro-protector en la enfermedad de Parkinson. Según ese estudio el extracto de apio mejoró problemas de comportamiento, disminuyó el estrés oxidativo y produjo una disminución de la enzima monoamino oxidasa (MAO) que interfiere en la liberación de neurotransmisores que mantienen la salud mental.

8-    Ayuda a la pérdida de peso

El tallo de apio crudo tiene un gran poder saciante con pocas calorías, por lo que puede utilizarse como snack para evitar comer otros alimentos menos saludables. Esto, por supuesto, debe ir acompañado de dieta y ejercicio adecuado.

9-    Actúa mejorando la vida sexual

El apio contiene arginina que es un aminoácido esencial involucrado en la síntesis de proteínas, sirve como fuente de energía y es vasodilatador.

Al aumentar el flujo sanguíneo favorece la erección en el hombre y aumenta la sensibilidad del clítoris en la mujer.

Por lo tanto, se utiliza en pacientes con disfunción eréctil orgánica.

Estudios realizados en 1999 demostraron que el apio es un potenciador de la producción de feromonas, hormonas que tienen como finalidad la atracción sexual.

Se puede preparar la siguiente receta que debe consumirse 3 veces al día antes de cada comida.

Lavar y cortar 4 tallos de apio, 3 manzanas y colocar en una batidora junto con media taza de agua. Colar y agregar jugo de un limón. Se le puede agregar miel, azúcar o algún edulcorante.

10- Actúa a nivel del aparato digestivo

Combate el exceso de acidez del tubo digestivo, alivia la colitis, mejora el funcionamiento intestinal, es ligeramente laxante y combate las flatulencias.

Para este último efecto se recomienda la siguiente preparación que es fuertemente carminativa (favorece la expulsión de gases del tubo digestivo): se hierve durante 3 minutos 1 cucharada de una mezcla de apio, hinojo, anís verde, alcaravea y raíz de malvavisco por cada taza de agua. Luego se deja infusionar por 10 minutos y se toman 3 tazas por día después de las comidas.

11- Actúa como emenagogo

Es decir que estimula el flujo de sangre hacia la pelvis y el útero y, por eso, puede ayudar en casos de menstruaciones escasas o ausentes.

12- Actúa como sedante

Su contenido en minerales alcalinos le otorga propiedades relajantes por lo que puede ayudar en problemas de insomnio, ansiedad y estrés.

 

Contraindicaciones del apio

 

No debe consumirse apio durante el embarazo debido a sus efectos emenagogos.

Tampoco debe consumirse en casos de afecciones renales agudas como la cistitis.

También pueden presentarse alergias al apio.

En caso de trastornos digestivos se sugiere consumirlo cocido y no crudo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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